Por unanimidad, los concejales de Hernandarias rechazaron ayer el proyecto del intendente, Nelson Cano, para aumentar el cobro de impuestos de arrendamiento y adjudicación definitiva a adjudicatarios de terrenos municipales. El ejecutivo comunal remitió el documento para que la Junta Municipal apruebe la modificación de ordenanza y así ampliar los ingresos en la institución, pero los ediles objetaron totalmente la intención.
Cada vez más, se evidencia la necesidad de aumentar la recaudación en el municipio hernandariense y recurren a estrategias sin fundamentos, refirieron. El concejal Alberto Báez fue tajante al mencionar que el proyecto no tiene motivación de argumento. La modificación de aumento en la ordenanza debe consistir en una explicación razonable, analizó el edil.
“Se sabe que la situación financiera de la Comuna no es buena actualmente y la intendencia debe buscar facilidades a los contribuyentes, no cargarle el valor del impuesto y con eso solo va ahuyentar más a los colaboradores”, dijo Báez. El incremento pretendido por el intendente Cano promedia entre G. 4.000 a 8.000, considerado elevado en comparación a los precios vigentes actualmente.
Báez insistió que el jefe comunal solo piensa en recaudar más sin pensar en los contribuyentes. Cuestionó que Cano no proyecte facilitar la titulación de los moradores de los terrenos municipales. “Si hubiera hecho eso al menos los ciudadanos se motivarían en regularizar su lotes y pagar los impuestos inmobiliarios”, alegó. Con esto, se entiende que el ejecutivo pretende meter mano en el bolsillo de la gente, sin ningún plan de retribución.
DESCALABRO FINANCIERO
Desde hace mucho tiempo, la Municipalidad de Hernandarias viene siendo señalada que se encuentra en quiebra técnica. La administración financiera fracasó con las responsabilidades de la entidad, no se paga a los proveedores y a los funcionarios se les mantienen con tres meses de atraso en su salario.
Algunos empleados de la Comuna dijeron que se les pagó la semana pasada lo que corresponde a marzo. Con eso quedan atrasados los meses de abril, mayo y junio. La mayoría de los trabajadores no perciben el sueldo mínimo, y pese a cobrar por debajo de G. 2.000.000 no se les paga en fecha y lamentan que en la capital de la energía se sufran penurias.
