ÑACUNDAY. La Policía y el Ministerio Público investigan un homicidio en la zona de la colonia Torocúa de este distrito. El cadáver de un cazador fue hallado ayer a la mañana en una zona boscosa con una herida de bala. Según los datos, el hombre salió de su casa el sábado con la intención de ir a cazar y como no regresó, y tampoco contestaba su celular sus familiares fueron a buscarlo y lo encontraron sin signos de vida. Lo llamativo del caso es que la escopeta y la billetera de la víctima desaparecieron, lo que hace presumir a los intervinientes que se trataría de un asalto con fines de robo, pero no se descartan otras hipótesis.
La víctima es Francisco Javier López Irala, de 43 años, domiciliado en vida en el distrito de Mayor Otaño, departamento de Itapúa. Sus familiares informaron a la Policía que López Irala había salido de su casa el sábado por la noche con la intención de ir a cazar. Al no regresar y no responder las llamadas telefónicas decidieron ir a buscarlo donde dijo que estaría, y lo encontraron sin vida, con un balazo en el antebrazo derecho, en la Parcela C 23.
Los policías investigan el caso y para ellos es sumamente llamativo el hecho, teniendo en cuenta que la escopeta y la billetera del hombre desaparecieron, sin embargo, su teléfono celular y su motocicleta estaban en el sitio.
En su mano se encontraba una linterna y un cinto de cuero, y cerca de su cuerpo se hallaron un machete y una mochila que contenía calzados y ropa.
CASO RARO
La Policía ni siquiera sabe por dónde empezar las pesquisas, ya que la moto y el celular del hombre no fueron llevados. No se descarta ninguna hipótesis, pero hasta que se tenga un panorama más claro, nadie sabe lo que pasó. El caso fue comunicado a la fiscal de turno María del Carmen Meza
