
El Día del Maestro en Paraguay se celebra el 30 de abril de cada año desde 1915. Es una fecha conmemorativa muy especial tanto para educadores como sus alumnos, ya que es el día en que se le rinde homenaje a los precursores de la educación formal en nuestra nación, así como a todos los maestros que hoy forman a nuestros hijos.Los homenajes en aula se hicieron ayer, en tanto que hoy marteses feriado declarado por el Ministerio de Educación y Ciencias MEC, para que todos los maestros puedan recibir homenajes, descansar y celebrar su día.
Desde principios del siglo XX, en reuniones internacionales y regionales de doctores de la docencia, se vio la necesidad de reconocer en un día específico la inconmensurable labor de los maestros. En 1915, mientras se realizaba el Congreso de Educadores en Paraguay, se resolvió establecer como fecha conmemorativa de la labor docente el 30 de abril, por ser la víspera al día del trabajador. También ese mismo día, la iglesia católica celebra a nivel mundial el nacimiento de San Juan Bautista de La Salle, patrono universal de los educadores.
Aunque en cada país del mundo se celebra a los maestros en diferentes fechas, la UNESCO estableció en 1994 que el 5 de octubre de cada año se festejaría el día mundial de los docentes. El día del maestro en Paraguay rinde especial homenaje a algunos personajes claves en nuestro sistema educativo, como a las maestras Adela y Celsa Speratti y al maestro Delfín Chamorro.
El día del maestro en Paraguay se rinde homenaje a los precursores de la educación formal en nuestra patria. Es a ellos a quienes les debemos técnicas pedagógicas innovadoras, implementación de nuevas escuelas y técnicas de formación que se desconocían en ese momento en Paraguay. Estos son algunos rasgos de sus vidas, así como los aportes que hicieron a nuestro sistema educativo en su época.
Las maestras Adela y Celsa Speratti eran hermanas. Adela nació en 1865, mientras que Celsa vio la luz de la vida terrena en 1868. Como en muchos hogares, su padre perdió la vida en plena batalla de Ytororó, por lo que pasaron muchas penurias junto a su madre, quien convencida de conseguir un mejor porvenir para sus hijas se marcha con ellas a Buenos Aires y luego a Concepción, en Paraguay.
Tanto Adela como Celsa cursaron sus estudios en la Escuela Normal de Concepción, donde demostraron su perseverancia y amor por los estudios. Tal dedicación rindió sus frutos convertidos en becas otorgadas por el de aquel entonces gobierno de Argentina. Tan pronto obtuvieron sus titulaciones, fue el mismo gobierno quien las contrató para ejercer su profesión docente en la Escuela Normal. Pero se les encargaría un cometido especial: ser quienes le dieran forma al proyecto de instrucción pública para mujeres y niñas del Paraguay.
De este modo, las hermanas Speratti le dieron forma a este anhelo en la que otrora fuera la Escuela Graduada de Niñas que, con el tiempo, se transformaría en la Escuela de Preceptoras, de la cual fueron directoras. A finales de la década de 1890, se fundaría la Escuela Normal de Profesoras cuya dirección estaría a cargo del espíritu emprendedor, innovador y culto de Adela Speratti. Fue ella quien implementó los más vanguardistas métodos pedagógicos de esa época en tan distinguida institución. Al fallecer Adela en 1902, su hermana Celsa toma las riendas de la Escuela Normal de Profesoras.