Cada 1 de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, porque se recuerda una huelga en Chicago en 1886 en la que fueron injustamente condenados y colgados trabajadores que llevaban adelante esta huelga en un contexto donde había una expansión del socialismo y también de la articulación de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo, principalmente en Europa y muchos migrantes a zonas de América, sobre todo Estados Unidos. En la actualidad, los obreros siguen su lucha por mejores condiciones laborales, también en nuestro país, en donde combatir la precarización laboral será uno de los grandes desafíos del próximo gobierno.
El Día Internacional del Trabajador es en homenaje a los Mártires de Chicago, un grupo de sindicalistas ejecutados en 1886 por participar en luchas reivindicatorias para conseguir una jornada de trabajo de ocho horas. Además se recuerda en honor a todos los hombres y mujeres que con su labor diaria buscan un mejor futuro y hacer crecer a la sociedad. En aquella época era normal que las horas de trabajo fuera de entre 12, 16 e incluso 18 horas diarias. Los que reclamaban mejores condiciones laborales fueron despedidos, encarcelados y hasta asesinados.
En Paraguay, se conmemoró por primera vez el 01 de mayo de 1906, fue planificada por la central obrera organizada en nuestro país, integrada por las siguientes agremiaciones: Carpinteros y Anexos, Federación de las Artes Gráficas, Carpinteros de Rivera, Hojalateros Unidos, Obreros Cocheros, Sastres, y Albañiles y Anexos.
En nuestro país, incluso en momentos de regímenes autoritarios tenemos históricas jornadas de lucha y reivindicación donde el primero de mayo era un día de no solamente recuerdos, sino de presentar consignas. A medida que muchos de estos planteamientos se fueron incorporando en los marcos normativos y los derechos se fueron contemplando en las leyes, el 1 de mayo se fue transformando más bien en un feriado, un día de descanso y festejo.
No obstante, la situación de la clase trabajadora paraguaya es muy grave, complicada y más todavía en comparación con varios otros países de la región. El mercado laboral paraguayo tiene una característica que es muy perjudicial y es su alto nivel de informalidad. El exministro del Trabajo, actual director de la Oficina de Empleos de la ANR, Enrique López Arce, resaltó que como principal problema están los preconceptos; ya que hay sectores de la población que están siendo excluidos del mercado laboral. Por ejemplo, hay muy pocas empresas que dan oportunidades a las personas mayores de 40 y 50 años, dijo.
El segundo problema que se presenta es que las empresas dejan de lado a las madres solteras, madres jefas de hogares, con niños pequeños. “Cuando la empresa las entrevista, y las mismas mencionan que tienen niños pequeños, ya directamente no las dan oportunidad, con la excusa que luego las van a avisar. Hay un preconcepto de que la madre siempre va a llegar tarde por la criatura”, indicó.
López Arce mencionó que otro de los problemas tiene que ver con el primer empleo. La falta de experiencia es una constante en el rubro, ya que al no contar con un trabajo previo, ya no les dan oportunidad. “También tengo problemas con las personas con discapacidad, casi no hay rubro que aceptan puestos laborales”, acotó. Otro factor además es la lejanía de las viviendas. El experto dijo que las empresas directamente dejan de lado al saber dónde viven los futuros empleados.
Por otro lado, el especialista agregó que la informalidad también es un gran problema en el empleo, muchos de ellos ya llegan a la explotación laboral. “Tenemos muchos casos en los cuales, sobre todo el joven buscador de empleo, que trabaja y hace oficina por 8 horas, principalmente en call center, solo cobran por comisiones. Es decir, el trabajador gasta más de 500 mil en el mes por traslado y comida, pero cobra solo 160 mil por las ventas realizadas a fin de mes. Es el principal problema”, expresó.
