Un total de 16 años de pena penitenciaria dispuso un tribunal de sentencia, presidido por el juez Herminio Montiel e integrado por Zunilda Martínez y Amílcar Marecos, para un degenerado que aprovechaba la ausencia de su concubina por motivos laborales para abusar sistemáticamente de sus dos hijas menores de edad, según la probanza del caso.
Las víctimas de 11 y 12 años fueron sometidas a numerosos métodos probatorios, como la Cámara Gesell, donde detallaron los apremios sufridos a manos del pervertido sexual, a quien su propia madre confiaba el cuidado de sus niñas mientras iba a trabajar. Las menores eran amenazadas de muerte, caso hablen sobre los abusos sufridos.
Las niñas eran amenazadas igualmente que sus dos hermanitas, de cinco y seis años, serían sometidas a los mismos vejámenes, caso se negaran a los requerimientos depravados del padrastro. La sentencia fue dictada por unanimidad y la fiscal Vivian Coronel se mostró satisfecha con la medición de la pena hecha por el tribunal.