El “zar de las estafas”, Isidro Torres Cabañas, sumó ayer otras tres denuncias en sede de la Fiscalía de Ciudad del Este. En tanto, una docena de afectados se manifestaron frente al portón de acceso, exigiendo intervención seria de la representación pública y que sus condiciones de víctimas sean atendidas. Torres Cabañas tendría los días contados, si existe justicia, dijeron las víctimas.
Alegaron que existen causas contra el mismo, que no son diligenciadas por los agentes fiscales designados para el efecto y consideran que se convirtieron en cómplices del criminal que sigue estafando a mansalva. Ayer, Nilda González Morínigo, bajo patrocinio de las abogadas Alice Monges y Adela Acuña, presentó otra denuncia por estafa y otros, que le causó un perjuicio económico de G. 150 millones.
El “zar de las estafas” le habría vendido un terreno ubicado en el barrio Don Bosco de Ciudad del Este y al intentar tomar posesión, se encontró con que el terreno que había comprado, en realidad no pertenecía al vendedor, quien cometido el ilícito y desapareció.
TENDAL DE VÍCTIMAS
Las abogadas patrocinantes de las denuncias dijeron que se estaría ante la más fina estafa piramidal, de las que participan igualmente altos funcionarios de financieras que facilitan los hechos punibles. También se tendría el concurso de escribanías, cuyos responsables dan fe de los ilícitos cometidos por la banda liderada por Isidro Torres Cabañas, a juzgar por el escrito presentado en la oficina de denuncias.
Los afectados dijeron ayer que Torres Cabañas utiliza a su esposa Rosa Isabel Giménez para la comisión de los hechos con los que se benefician económicamente de manera indebida. Más de 20 causas en proceso están distribuidas en diferentes unidades fiscales de la regional, que no son diligenciadas.
Tiraron sus dardos por sobre los agentes fiscales, haciendo alusión directa a la agente Julia Paredes, quien solicitó el sobreseimiento definitivo de Torres Cabañas, en una causa próxima a audiencia preliminar. Existen víctimas que quedaron en la calle, pero la justicia se nos muestra esquiva, dijo ayer Carmen Estigarribia, una de las víctimas.