La zona 10 del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (SENEPA) recibirá el refuerzo de 75 nuevos contratados para fortalecer la lucha contra el Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue, zika y chikungunya en esta parte del país, además de equipamiento, uniformes y vehículos. La región sigue registrando un alto nivel de infestación larvaria, por lo que no se puede bajar la guardia.
Aníbal Báez, jefe regional del SENEPA, comentó que el pasado martes se realizó el lanzamiento oficial del convenio entre el Ministerio de Salud y la Itaipu Binacional, a través de la Fundación Tesãi. Ayer se llevó a cabo el inventario de lo recibido y, a partir de allí, la oficina central en Asunción procederá a distribuirlo a todas las zonas del país.
“Por ahora nos manejamos con los mismos equipos con los que venimos trabajando permanentemente; a partir del lunes comenzaremos a operar con el apoyo logístico que nos van a proporcionar e insistiremos en el trabajo de campo”, señaló Báez, al indicar que para Alto Paraná se contratará 75 personas más, que serán distribuidas a nivel departamental y trabajarán, en principio, por un periodo de tres meses.
Refirió que los casos de dengue están reduciéndose, pero no se puede bajar la guardia. “La idea es reducirlo al mínimo posible, teniendo en cuenta que aún existe una situación preocupante en Foz de Yguazú (Brasil), donde está circulando un nuevo serotipo de la enfermedad, que es el tipo 3 y es muy fuerte. Seguramente, ya lo tenemos aquí circulando y no se ha detectado más porque muchas veces la gente no se realiza las pruebas”.
Insistió en que la población de mosquitos sigue siendo bastante elevada, lo que se explica en gran parte por el clima, donde se mezclan la alta temperatura y las constantes lluvias, factores que contribuyen a la proliferación de los insectos. “Los criaderos aumentan con cada aguacero y últimamente casi cada tarde cae lluvia y al día siguiente hace un calor tremendo, lo que facilita mucho la reproducción”.
Báez explicó que ante esta situación siguen trabajando todos los días, recorriendo los barrios donde se han registrado casos sospechosos. La tarea básicamente consiste en eliminar los criaderos, aplicar larvicida y luego eliminar los mosquitos adultos con el rociado espacial.