Desde el Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA) advierten que el derroche de agua que se está haciendo actualmente podría generar escasez en unos 10 a 20 años más. La población actualmente no comprende que el desperdicio de hoy podría ser una necesidad en un futuro no muy lejano. Por eso el Estado creó la ERSSAN para regular el uso del vital líquido y ayudar a administrar el recurso esencial de los seres vivos.
Lic. Sixto Fretes, funcionario del SENASA, advirtió ayer por Radio La Clave a la población para tomar conciencia sobre el uso del vital líquido. “El agua potable específicamente va disminuyendo y anuncian que podría terminar, inclusive, de nosotros en unos 10 a 20 años si nuestra población sigue desperdiciando de la forma que lo está habiendo”, refirió.
Fretes dijo que la Entidad Reguladora de Servicios Sanitarios (ERSSAN) es la institución que debe encargarse de la utilización razonable del vital líquido, pero la población actualmente está derrochando sin medir las consecuencias. “Es necesario que cada usuario tenga su medidor y pague por su consumo, así se auto medirá y no va desperdiciar”, alegó.
USO DOMÉSTICO
Según el Estado, la ESSAP debe proveer agua a una población de 10.000 habitantes en adelante y para menor a esa cifra, se encarga el SENASA. El ciudadano así como tiene el derecho al acceso del H20, también tiene la obligación de consumir responsablemente. Por eso los funcionarios estatales insisten en controlar y exigir el uso recomendado del recurso hídrico.
“El agua potable debe usarse en la casa y no estar derrochando en lavaderos de vehículos, de ropas y fábricas de hielo”, ejemplificó Fretes. Advirtió que para esos rubros existen otros conductos y no los pozos artesianos comunitarios. Resaltó que con la implementación de los medidores, se llegará a controlar bastante el consumo y eso se está aplicando desde las Juntas de Saneamiento en los barrios.
LLUVIA NO REPONE
El funcionario sanitario también habló sobre la permeabilización del agua de la lluvia y que corre todo por los raudales, debido a la pavimentación de los espacios naturales. Responsabilizó directamente a la humanidad y su hábito para construir bloqueos para las aguas que caen de las lluvias y se deslizan en vez de penetrar el suelo.
“La urbanización ayuda a bloquear las infiltraciones del agua al suelo y vayan a caer en los arroyos, que luego lleva todo a otros lados. Antes no teníamos esos problemas de inundaciones de los barrios y ahora la lluvia ya no repone el líquido a la tierra porque no tiene donde penetrar”.