Días pasados, el Instituto de Previsión Social anunció la recuperación de un predio con 16 dúplex en el Paraná Country Club, que había sido cedido a una inmobiliaria para su explotación, sin embargo, ésta hace unos 10 años dejó de pagar por el arrendamiento a la previsional. Lo que resulta inexplicable es que el ente, en algunos casos, se muestra interesado en recuperar sus bienes, pero en otros, como el alquiler a un costo irrisorio uno de los predios más valiosos que posee, el Complejo Hotelero y Casino Acaray, ubicado a metros del río Paraná, no toma medidas. En ese caso, empresarios argentinos pagan un ínfimo canon mensual de G. 42 millones a la previsional, no obstante, las ganancias que arroja el casino-hotel son multimillonarias.
No constituye ningún secreto los enormes déficits que soportan los usuarios y asegurados del Instituto de Previsión Social, que acuden en busca de atención médica a los hospitales mantenidos por la previsional. Pocos turnos, falta de medicamentos, falta de personal médico, insumos, etc., son problemas diarios que el asegurado enfrenta.
Sin embargo, es sabido que el IPS es dueño de valiosos bienes en todo el país, siendo uno de los más importantes el Complejo Hotel y Casino Acaray, ubicado a metros del río Paraná, Ciudad del Este. Esta estructura edilicia está siendo arrendada bajo la modalidad de concesión por la empresa Azar Internacional SA (conformada por un grupo de empresarios argentinos) desde setiembre de 2005, cuando el entonces presidente del IPS, Pedro Ferreira, firmó un contrato de arrendamiento y explotación del complejo por un plazo de 10 años, con el entonces representante de la firma, Julio César Duarte. Actualmente, la cabeza visible del hotel y casino Acaray es el empresario Juan Norberto Rubio, quien figura también como representante legal de la empresa.
En aquel entonces, el acuerdo estipulaba un canon de alquiler de 4.000 dólares mensuales, con un incremento a 6 mil dólares desde el mes 13 en adelante. En diciembre de 2006, se realizó una adenda al contrato original, mediante la cual se prorrogó el acuerdo a 20 años de vigencia y estableció que al transcurrir los 10 años, el precio del alquiler pasaría de 6.000 dólares a 10.500 dólares mensuales.
Extrañamente, en 2012, el IPS consideró necesario rescindir el contrato y hacer otro nuevo. Fue así que en julio de 2013, Raúl Mongelós Schneider (titular del IPS en la época de Federico Franco) firmó el tercer contrato de arrendamiento con Ernesto Antonio Sepane, en calidad de presidente de Azar Internacional SA. En el nuevo contrato se estableció como alquiler del predio perteneciente a los asegurados la suma de G. 32.400.000 de julio de 2013 a junio de 2015. De julio de 2015 a junio de 2025 la cifra total de G. 42.525.000. Y de julio de 2025 a junio del 2033 el monto de G. 54.675.000. Actualmente, las riendas del complejo hotelero y los salones de juego de azar están en manos de Judyth Giménez, Teresita Pujol y Rafael Gómez.
Tanto es así que Azar Internacional actualmente paga G. 42 millones a la previsional en concepto de alquiler del Hotel & Casino Acaray, un costo por el cual se pueden alquilar 2 o 3 salones comerciales en el microcentro de CDE, pero que es ínfimo, comparado con las dimensiones y los ingresos que implican el casino Acaray, considerado la casa de juegos más grandes de la capital departamental, además del hotel, uno de los más lujosos de Alto Paraná y que desde el pasado 4 de agosto pasó a ser el primer hotel cinco estrellas del departamento de Alto Paraná, tras superar todas las exigencias establecidas en el país.
Esto implica también un aumento considerable en los costos para que los clientes puedan usufructuar las instalaciones del hotel, indicaron fuentes de la Senatur. No obstante, es sabido que todas las habitaciones del hotel están constantemente ocupadas por turistas, representando esto ingresos millonarios a las arcas de los empresarios argentinos que manejan el hotel, quienes, sin embargo, pagan un monto insignificante a la previsional por el usufructo de toda la infraestructura.
Lo llamativo del caso es que la empresa concesionaria pagaba en dólares el alquiler, pero con el último contrato, los montos se establecieron en guaraníes, siendo montos muy por debajo al cambio si se toma en cuenta lo estipulado en dólares anteriormente. De esta manera, de pagar 10.500 dólares en el contrato original y su adenda, la firma Azar Internacional SA recibió la benevolente caridad del IPS, “guaranizando” el monto mensual a pagar en concepto de alquiler y reduciendo el mismo de forma estrepitosa. El monto que recibe el IPS hasta resulta un chiste, teniendo en cuenta la fortuna que se gana con el casino que está ubicado en el mismo predio.
Fuentes fidedignas indicaron que, de acuerdo a los ingresos mensuales del hotel y casino Acaray, el precio de alquiler “justo” debería ser entre los 400 y 500 millones de guaraníes al mes, y no G. 42 millones, como pagan actualmente.
En la Cámara de Diputados, el año pasado se habían presentado proyectos de declaración para instar la intervención de la Contraloría y la Fiscalía, en este caso emblemático y que huele mucho a corrupción, llevando en cuenta el enorme perjuicio patrimonial que registra el IPS, mientras empresarios extranjeros están lucrando sumas millonarias, no obstante, los pedidos no prosperaron.