La sombra de la corrupción se cierne sobre Ciudad Presidente Franco, destacando el entramado de irregularidades que amenazan la integridad de nuestra administración municipal. El clan Godoy Torres, encabezado por el intendente Roque Godoy y la diputada Roya Torres, ha sido el epicentro de un escándalo que pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar la corrupción de manera decidida.
Desde el año 2022, un pedido de auditoría e intervención en la Contraloría General de la República ha sido sistemáticamente obstruido, revelando la presunta manipulación por parte de actores políticos ligados al liberalismo y al cartismo. Este bloqueo ha permitido que las groseras irregularidades en la gestión de Roque Godoy persistan sin rendición de cuentas.
El hijo del intendente, Elías Godoy Torres, presuntamente «comisionado» en la oficina parlamentaria de la comuna franqueña, ha desatado nuevas preocupaciones sobre prácticas poco claras. La falta de transparencia en este asunto subraya la importancia de una Contraloría General de la República libre de interferencias políticas.
En julio de 2022, el concejal Hugo Mendoza alzó la voz exigiendo una auditoría externa de la Contraloría General de la República a la gestión del intendente Roque Godoy, respaldando sus inquietudes con documentos detallados. Sin embargo, la falta de acción por parte del contralor Camilo Benítez, presuntamente influenciado por el clan Godoy y su conexión con el senador Dionisio Amarilla, deja en evidencia la vulnerabilidad de nuestras instituciones de control.
Las denuncias de malos manejos financieros, la aprobación irregular de loteamientos municipales y la falta de claridad en la administración de recursos para programas como la merienda y el almuerzo escolar exigen una respuesta inmediata. Ciudad Presidente Franco merece una gestión municipal transparente, responsable y al servicio de sus ciudadanos, no de intereses particulares.
La corrupción en la administración pública no solo desvía recursos valiosos, sino que también mina la confianza de los ciudadanos en sus líderes y en el sistema mismo. Ciudad Presidente Franco no puede permitirse ser víctima de esta lacra. La importancia de un combate efectivo contra la corrupción se manifiesta en la calidad de vida de cada ciudadano. Los recursos municipales deben ser destinados a proyectos y servicios que beneficien a la comunidad en su conjunto, y no desviados por prácticas corruptas que solo sirven a intereses particulares. Es necesario un cambio de paradigma que coloque la honestidad y la rendición de cuentas en el centro de la gestión municipal.
En este contexto, es crucial destacar el papel vital de organismos de control, como la Contraloría General de la República. Estos entes desempeñan una función crucial en la supervisión de la gestión de los recursos públicos, pero su eficacia se ve amenazada cuando son susceptibles a la manipulación política. La independencia y autonomía de la Contraloría son esenciales para garantizar que pueda llevar a cabo su labor de manera imparcial y efectiva.
Es imperativo que la Contraloría General de la República cumpla su función sin temor ni favoritismos políticos. La sociedad franqueña demanda respuestas y acciones concretas ante las evidencias de malversación de fondos y prácticas corruptas que han desencadenado un descalabro financiero en nuestra comuna.
El llamado a la acción es claro: la ciudadanía debe mantenerse vigilante y exigir la rendición de cuentas que merece. La transparencia y la lucha contra la corrupción son pilares esenciales para el progreso y la prosperidad de Ciudad Presidente Franco. Es hora de romper las cadenas de la impunidad y trabajar juntos para construir un futuro más honesto y justo.
