
La Policía Nacional del Alto Paraná cierra el año 2023 perdiendo la pulseada contra la delincuencia. Este año que termina fue marcado por varios asaltos millonarios que no fueron aclarados, demostrando que la falta de interés y, en algunos casos, complicidad de uniformados con bandas criminales. No solo los atracos armados quedaron sin resolverse, sino que también asesinatos, como el de un boliviano y un pasero franqueño, cuya muerte quedó en el famoso “oparei”, ya que los investigadores ni siquiera tienen pistas de los autores morales y materiales.
Se puede señalar con toda propiedad que el “Operativo Año Paha 2023”, lanzado por la Policía Nacional el 13 de noviembre pasado, con miras a las festividades de fin de año, fue un tremendo fracaso, ya que las fuerzas del orden no pudieron evitar y, menos frenar, la actividad delictiva de los bandidos, quienes cometieron millonarios atracos y ni siquiera fueron identificados. El Crio. Gral. Insp. Blas Daniel Vera, director de Policía del Alto Paraná, había prometido que los índices de asaltos y robos iban a disminuir, sin embargo, tal cosa nunca ocurrió.
El talón de Aquiles de los uniformados fueron, son y seguirán siendo los motochorros, quienes a diario cometieron atracos a repartidores, a casas comerciales y principalmente a estaciones de servicios. A lo largo de 2023, un centenar de surtidores fueron víctimas de asaltos, y en la mayoría de los casos, los autores quedaron impunes, ya que la Policía ni siquiera investigó los hechos y por ende no identificó a los responsables.
ASALTOS MILLONARIOS
Cabe rememorar que, en un solo día, delincuentes armados se alzaron con más de G. 160 millones durante asaltos perpetrados en la ciudad de Minga Guazú y Juan L. Mallorquín. En ambos casos, los marginales se esfumaron como arte de magia y hasta ahora siguen impunes. El lunes 11 de diciembre de 2023, casi de forma simultánea, dos gavillas de delincuentes concretaron millonarios asaltos. El primero de ellos ocurrió alrededor de las 10:00, en la gasolinera del emblema Compasa, a la altura del km 28 de la Ruta PY02, en Minga Guazú.
En la ocasión, dos sujetos llegaron hasta el surtidor a bordo de una moto. Uno de ellos descendió y preguntó por una persona que nadie conocía. El playero indicó al marginal a que ingresara a la oficina administrativa donde estaba la encargada Laudelina Ramona Villasanti Núñez (52), a quien el marginal encañonó obligándola que entregue toda la recaudación. El marginal se alzó con G. 100 millones y luego de lograr sus objetivos, ambos se dieron a la fuga con rumbo desconocido. Hasta la fecha, los uniformados ni siquiera tienen datos de los autores.
Ese mismo día, pero un poco más tarde, al menos cuatro delincuentes que se desplazaban a bordo de un automóvil robado, interceptaron a las empleadas de la estación de servicios Petropar “Ka’arendy”, situado en la ciudad de Juan L. Mallorquín, y las despojaron de G. 60 millones que estaban llevando para depositar en el Banco Nacional de Fomento de la zona.
Las víctimas fueron identificadas como Ilda Idalina Rojas (38), administradora del surtidor Petropar, y Ruth Paredes Benítez (23), empleada de la estación de servicios, quienes circulaban a bordo de un automóvil Toyota Allion de color blanco, con matrícula HGN 232. Tras lograr su objetivo, los bandidos se dieron a la fuga e incineraron el automóvil utilizado para el atraco, a 5.000 metros de la Ruta PY02.
HOMICIDIOS SIN ACLARAR
No solo los asaltos quedaron sin resolverse este año, también los casos de sicariato terminaron en la nada, debido a la nula investigación policial. El 20 de noviembre pasado, el cadáver de un boliviano identificado como Miguel Ángel Matorra Saavedra, de 45 años, fue hallado al costado de un arroyo ubicado en el barrio Saltos del Monday de Presidente Franco. El cuerpo fue visualizado por un transeúnte que pasaba por el sitio y dio aviso a la Policía. Según el médico forense del Ministerio Público, el hombre fue torturado, asfixiado y golpeado en la cabeza con una hacha. Hasta la fecha, nada se sabe de los autores del hecho o los mandantes del crimen, en tanto, se habla de que policías del Departamento Antinarcóticos estarían más que metidos en el tema.
El 22 de noviembre, otro caso de sicariato se registró en Presidente Franco, cuando desconocidos a bordo de un automóvil persiguieron y acribillaron a un pasero identificado como Ruben Darío Peralta Martínez (45), que se desplazaba a bordo de su furgoneta. Ya herido, el trabajador trató de escapar pero fue a parar contra la muralla de una casa. Fue auxiliado hasta un centro asistencial, donde los médicos confirmaron su deceso. El crimen ocurrió alrededor de las 19:55, en una calle vecinal del km 4, barrio María Auxiliadora de esa ciudad. El crimen del pasero, tampoco fue aclarado. Estos dos casos son apenas ejemplos de la ineficiencia de la Policía en el Alto Paraná.