Surgen más irregularidades cometidas por el subcomisario Pedro Regalado López Ibarra, cuyo uniforme fue encontrado en poder de una banda de delincuentes y violadores de la zona de Tavapy, y quien querelló al director de La Clave por difamación, calumnia e injuria. Según denuncias de la Comisión de Apoyo a la Seguridad de Yguazú, el agente policial se había apoderado de una camioneta destinada a la subcomisaría 16ª de la colonia Santo Domingo (km 60), y devolvió el rodado seis meses después, tras repetidas advertencias de la comisión e, incluso, una denuncia formal presentada ante Asuntos Internos de la Policía Nacional, que le instruyó un sumario, cuyo desenlace se desconoce.
Suman y siguen los cuestionamientos hacia el cuestionado subcomisario Pedro Regalado López Ibarra, exjefe de la subcomisaría 16ª del km 60, cuyo uniforme fue hallado en poder de una gavilla de asaltantes y violadores que tenía su base de operaciones en Tavapy y cometía sus fechorías, principalmente, en el distrito de Yguazú, en donde atracaba con mucha violencia y sadismo a colonos descendientes de japoneses.
De acuerdo con los datos, López había sido trasladado en mayo del año en curso del puesto policial del km 60 a otro lugar, justamente debido a la falta de resultados en el combate a los marginales que creaban terror en la zona de Yguazú y distritos aledaños. Sin embargo, el subcomisario en aquel entonces se apoderó de la patrullera entregada a la sede policial como si fuese de su propiedad, situación que fue muy criticada por la Comisión de Apoyo a la Seguridad de Yguazú. Se trata de una camioneta Toyota Hilux, que había sido incautada en abril del año 2017, transportando marihuana. El rodado había sido abandonado luego de una balacera entre narcos y policías, siendo incorporada posteriormente al patrimonio de la Policía Nacional.
La Clave accedió a una nota de fecha 27 de setiembre de 2023, presentada al Crio. Gral. Insp. Osvaldo Alejandro Ávalos, titular de la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Nacional, en donde la comisión de seguridad de Yguazú presentaba denuncia formal por la ola de inseguridad que afectaba al distrito y también hacía mención al caso de la camioneta de la cual se apoderó López de manera totalmente ilegítima. Al enterarse de la denuncia, López finalmente devolvió el vehículo, dejando en la municipalidad de Yguazú, sin siquiera entregarlo bajo acta. No obstante, no logró evitar la instrucción de un sumario en Asuntos Internos, cuyo resultado hasta el momento se desconoce.
Lo que llama la atención es que, pese a que ya pasaron casi dos meses desde el hallazgo de uniformes y otras pertenencias del subcomisario Pedro López en el domicilio de Julio César Resquín, ubicado en Tavapy y allanado por personal del Dpto. Antisecuestros y el agente fiscal Alfredo Acosta Heyn, quien trabaja en el “Operativo Heiwa”, conjuntamente con la fiscal antisecuestros Zunilda Ocampos, en la Policía ni siquiera se le instruyó sumario por esta situación, que no tiene ninguna explicación convincente, salvo la versión de un ciudadano morador de Yguazú, quien manifestó que las pertenencias de López estaban “guardadas en su casa” y que supuestamente fueron robadas en algún momento, relato que no merece mucha credibilidad.
En la vivienda del prófugo de la justicia Julio César Resquín López, cabecilla de la banda criminal, fueron hallados la campera con el portanombres, chaleco táctico de la Policía Nacional y municiones diversas, entre otras pertenencias que serían de Pedro Regalado López.
HERMANO ESTÁ IMPUTADO POR EXTORSIÓN
El subcomisario Pedro López Ibarra es hermano del agente policial José Javier López Ibarra, exagente de Investigaciones de Delitos que prestaba servicios en CDE, apresado por extorsión e imputado por la fiscal Zunilda Ocampos, junto a otros tres camaradas. Los imputados son Richard René Rojas Vera, Mauricio González Flor, José Javier López Ibarra y Pedro Antonio Blanco González, por los hechos de privación ilegítima de libertad, extorsión, asociación criminal y producción de documentos no auténticos. El grupo había sido denunciado el 16 de mayo pasado por una pareja que se declaró consumidora de estupefacientes, que fue exigida a pagar 10.000 dólares y luego G. 35 millones, para que su caso no pase a la Fiscalía, conforme a la denuncia.
Las publicaciones sobre el hallazgo de su uniforme en poder de delincuentes y las dudas sobre su desempeño, alteraron sobremanera al subcomisario Pedro López, quien decidió directamente querellar por difamación y calumnia al director de La Clave, Reinaldo Lugo, en el marco de un escrito bastante pobre y confuso, firmado por la abogada Luciana Mara Ferreira Folgerine, ante el juzgado de liquidación y sentencia de Ciudad del Este, en un evidente intento de amedrentar y “cerrarle la boca” a la prensa. Presentan como “pruebas” solamente la publicación del diario y cuatro supuestos testigos, siendo uno el ciudadano yguazuense Ichiro Fukui, quien desde un principio viene defendiendo a López, y tres agentes policiales, Remigio Mena y Darío Julián Paredes Gómez, de la Agrupación de Protección Ecológica y Rural (APER) de la Policía Nacional, y Ever Carmelino Alcaraz Alarcón, trasladado de la comisaría del km 60 presuntamente por deshonesto y ahora en servicio en barrio Carmelitas, según indicó la fuente. Los cuatro son considerados “leales” a Pedro López
Lo que hasta el momento no queda claro es el motivo por el cual la Comandancia de la Policía no instruyó sumario, a través de Asuntos Internos, a este subcomisario, llevando en cuenta que su uniforme estaba en poder de delincuentes. Días pasados, el ministro del Interior, Enrique Riera, destituyó al comisario Luis Osvaldo López, director General de Prevención y Seguridad, tercero en la línea de mando de la cúpula policial. Lo acusan de interceder para dejar pasar “y no molestar” el tránsito de un camión que transportaba un ganado vacuno de raza, robado. En este caso, hubo rápida reacción de parte del ministro y el propio comandante policial, sin embargo, en el caso de Pedro López llama la atención el sugestivo silencio de las máximas autoridades de la fuerza del orden.