Luego de los cuestionamientos publicados en La Clave contra la vergonzosa actitud ante el derecho de la jueza en lo civil y comercial del primer turno, Gabriela Maricel Meaurio, aparecieron otros datos que podrían ser contundentes, al momento en que los ministros de la Corte decidan cubrir el cargo vacante. Casualmente, Meaurio fue la ternada con mayor puntaje para continuar con sus aberraciones desde el cargo.
Más allá de manejarse con su “código Meaurio” en los procesos que juzga, la magistrada tiene dos juicios pendientes de resolución en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), uno en el consejo de superintendencia de la máxima instancia y una denuncia por daños y perjuicios en el fuero civil de la Sexta Circunscripción.
En los exámenes del Consejo de la Magistratura, Meaurio obtuvo 584,44 puntos, mientras Gustavo Alvarenga Serafini, logró 498,79 y Fredy Colmán Cantero, 474,92, según la publicación de la terna en las páginas del órgano extrapoder.
La magistrada habría confesado a varios abogados que litigan ante su juzgado que, para ella, “lo que se aplica es el “código Meaurio”, aludiendo que lo importante sería “negociar” los casos, dando razones al mejor postor.
LLUVIA DE DENUNCIAS
En una de las tantas denuncias en su contra, la magistrada Meaurio ordenó en una causa tres medidas cautelares: prohibición de contratar, prohibición de no innovar y anotación de litis. En su decisión otorgó las medidas bajo la fianza del abogado César M. Rodríguez, quien no es parte en el juicio y la caución debe ser firmada por la actora de la demanda. Comete aberraciones en la administración de justicia, sin que nadie controle sus acciones, con las que perjudica enormemente a una de las partes.
El citado abogado es padre de una de las actuarias de Maricel Meaurio y sería una parte fundamental para la aplicación del “código Meaurio”, según coinciden los denunciantes. La misma Corte sería responsable de que la magistrada siga por otros cinco años al frente del juzgado, caso no se considere en el pleno, los antecedentes que la rodean. Según fuentes dignas de crédito, ya habría “acordado” con algunos ministros su continuidad en el cargo, gracias al producto del código propio que maneja.
Los órganos extrapoder son majeados, evidentemente, por el poder político, ya que con sus antecedentes en el ejercicio de la magistratura, la jueza Meaurio, mal podría seguir siquiera aspirando continuar en el cargo. La responsabilidad está en el pleno de la Corte Suprema de Justicia.