Piden prisión de “chespi” que abarajó a su padre y lo amenazó de muerte

El violento tipo ya en la patrullera de la comisaría 4ª.

La titular de la unidad especializada en hechos de violencia familiar, fiscal Liliana Duarte, ombokapu por un chespirito que hizo sarambi en su domicilio, abarajó a su padre y otros familiares hasta amenazarlos de muerte. Ojerure que el juez penal de garantías ordene su ñeñongatu en la cacerolita para reflexionar sobre sus acciones.

Ndaje, Jorge Andrés Cáceres Vera, de 25 pirulos, oikóva en el barrio La Blanca de Ciudad del Este, estando bajo efectos de estupefacientes, discutió con su túa, a quien destrozó con socos y patadas voi. Estando rendido, el padre del sujeto fue amenazado de muerte, presuntamente por negarle viru para surtirse de chespi, según los datos volái. Los hechos de violencia manterei, omongüerái al progenitor que encaró al retoño sobre su adicción a las drogas, que generó la discusión opáva en agresiones físicas.

El padre del adicto dijo a la Policía y se ratificó en la Fiscalía que su ta’yra lo viene amenazando de muerte desde el pasado sábado, ha ndoñanimái a denunciarlo, pero finalmente ante el inminente peligro para sus pehengüe kuéra pidió la intervención de los volá que detuvieron al chespi y lo pusieron a cargo de ña fiscala.

TOTALMENTE “ENDROGADO”

Jorge Andrés armó barullo en el patio de la Fiscalía desde la patrullera en la que oñapyti los volái para evitar que siga ejerciendo violencia física. Oñemoi voi por los uniformados a quienes gritaba improperios durante su permanencia en la carrocería de la “patru”. Estaba tan “endrogado” que suplicaba a todos los santos que lo asistan, ndaje, o que simplemente “che guerahántema”, según se pudo escuchar. Sus alborotos llamaron la atención de los concurrentes, pe lunes pyhareve.

Ndaje, el individuo ojahéi manterei por toda su familia, principalmente su padre, quien le reclamaba de manera permanente el consumo desmedido de drogas. Los vecinos también se quejaban de desaparición de objetos alegando que el sujeto los comercializaba ojogua hagua su vicio, pero no pudieron confirmar los hechos.