
Con elementos irrefutables de su responsabilidad penal en hechos de tenencia sin autorización y actividades tendientes a la remisión de sustancias estupefacientes al extranjero, el fiscal antidroga Elvio Aguilera imputó a dos brasileños. Uno de ellos es adolescente, pero de igual modo se lo dejó a cargo del juzgado penal de la niñez y la adolescencia. Ambos tienen pedido de prisión ante la flagrancia.
Personal naval apostado en la cabecera paraguaya del Puente de la Amistad alteó a dos jóvenes que cruzaban a pie al lado brasilero la siesta del domingo último, portando sendos bolsos de viaje. Gabriel Horny Da Silva, de 21 años, con domicilio en la ciudad de Foz de Yguazú y un adolescente, intentaron darse la fuga cuando se percataron que los marinos los estaban observando y fueron cateados. El los bolsones tenían ocultos 10 kilos con 475 kilos de sustancia herbácea, por lo que fueron retenidos en el sitio.
Dieron aviso al fiscal especializado de turno, quien, a su vez, convocó a agentes de la Senad para realizar el procedimiento de rigor en la escena del suceso, realizando pruebas aleatorias de la sustancia que arrojó resultado positivo a marihuana.
PROCEDIMIENTO Y DETENCIÓN
Al confirmar que transportaban sustancias estupefacientes, el fiscal Aguilera ordenó la detención preventiva de los extranjeros, previa revisión de los bolsos en su presencia. Da Silva transportaba cinco kilos de la droga, repartidos en nueve paquetes, identificados como evidencia uno y el menor tenía en su poder cinco kilos con 475 gramos de marihuana. Los dos fueron remitidos a la regional de la Senad y posteriormente fueron llamados a declarar en indagatoria en presencia del defensor público de turno, según la explicación sucinta de los hechos elevados al juzgado.
La droga debió llegar al lado brasilero donde entregarían a cambio de un pago ínfimo, según estiman los investigadores del caso. Una de las facciones del crimen organizado transnacional, estaría detrás del evento y los detenidos serían apenas unos “mulas”, acorde las sospechas. Conforme la normativa vigente, el mayor se expone a elevadas penas carcelarias ya que cuenta con pedido de prisión. El adolescente, a su vez, está sometido a proceso, pero con leyes especiales y podría ser condenado hasta a ocho años de prisión, mientras Da Silva se expone a penas ampliamente superiores.