Combate al contrabando serio y comprometido
El nuevo gobierno del presidente Santiago Peña da muestras de querer atacar la informalidad y el contrabando de manera seria y sostenida. Óscar Orué, director de la DNIT, aseguró que será firme, sostenida y coordinada la lucha contra el contrabando, principalmente en la frontera. Mencionó que incluso serán conformados equipos de funcionarios especializados que estarán ejecutando las acciones.
“Vamos a atacar no solamente el pequeño contrabando, sino los grandes esquemas, esa enorme estructura que está bien organizada y financiada. Conjuntamente con la SEPRELAD vamos a hacer el seguimiento de los recursos que utilizan”, afirmó Orué.
Adelantó que ya se elaboró un mapa de riesgo con las zonas donde se fortalecerán los controles y que se trabajará en forma conjunta en áreas de inteligencia y operativa. Dentro de este plan está la zona de Alto Paraná. “Se fortaleció el área jurídica de Aduanas y vamos a contar con más cámaras y drones en distintos puntos”, mencionó.
Sin lugar a dudas, el contrabando y la economía informal que lo sustenta es es uno de los enemigos más importantes del país, que perjudica al Estado robándole recaudaciones fiscales muy necesarias, afecta a las empresas formales del país que dan empleo con sustento legítimo y pagan IPS a miles de trabajadores. El contrabando es un tenebroso criminal que bajo la apariencia de prácticas inocentes pone en jaque la vida institucional y amenaza con dejar al país en manos de los delincuentes.
El plan anticontrabando pretende atacar a los grandes y pequeños contrabandistas de todo el país mediante una acción coordinada de los diferentes organismos públicos. El trabajo conjunto es una de las fórmulas más apropiadas para conseguir la victoria contra los delincuentes, porque por mucho tiempo ha faltado la colaboración de todas las entidades para hacer más duro el frente de lucha. Son famosas las imágenes de gran cantidad de camiones con mercadería ilegal transitando sin ningún obstáculo por las rutas del país, como si la Policía Nacional, la Caminera y otros organismos públicos fueran cómplices de los delincuentes y no custodios del cumplimiento de las leyes. Ese tipo de hechos escandalosos no se puede permitir y, si hay gente que hace la vista gorda, debe ser sancionada por ser encubridora de los malhechores.
El Ministerio de Defensa y la Policía Nacional deben tener una fuerte intervención en el control de las rutas de los contrabandistas en todo el territorio nacional. No deben dejar solo a cargo de la Marina la vigilancia de la frontera fluvial y abandonar el resto del país a los delincuentes. Como parte de la defensa de la nación paraguaya contra el ilícito, las fuerzas públicas deben actuar contra los que atacan la legalidad, como se defiende al país contra sus agresores, en todos los caminos y sitios de la geografía patria.
El contrabando es un delito que está penado por la ley. Y como tal será perseguido buscando el castigo de los delincuentes que lo cometen, sus cómplices, encubridores, propagandistas y partidarios. Es un cáncer maligno al que le dejaron crecer y pone en peligrosa situación a todo el país.
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