En la unidad especializada en violencia familiar de turno, a cargo de ña fiscal Liliana Duarte, se produjo la imputación penal de un tolongo que por ka’u no logró incendiar el vehículo de mamá. El pohy’icho fue reducido por personal de la comisaría 3ª ha oliga avei hikuái su parte cuando el sujeto reaccionó contra los intervinientes.
Oiko kuri pe 29 de agosto voimi voi, en cercanías de la seccional colo’o del barrio Obrero, en Ciudad del Este. Ña fiscal ojerure la prisión preventiva de Ángel Antonio Velázquez, de 40 pirulos, implicado en hechos de violencia familiar que afectó a sus pehengüe kuéra. Primero se ocupó de romper a golpes el vidrio de un automóvil estacionado en el patio de la vivienda, y por ka’u, no logró incinerarlo porque al no funcionar el encendedor que quiso utilizar para el efecto.
Su madre escuchó los ruidos ha osapukái chupe intentando pararlo en sus intenciones. Opyvoi por la puerta de la habitación de su madre, donde encontró a una tía ojopera ramóva, a quien le propinó un golpe en el ojo.
VIOLENCIA IKÁCHOVA
El cuarentón, no contento con su acción, siguió juntando familiares a quienes ombuepotI a sopapos y patadas. Una prima que intentó intervenir fue igualmente abarajada y con un palo de escoba la quiso ahorcar. Vecinos kuÉra alertados por el sarambi sorokue llegaron para socorrer a las víctimas, todas mujeres, pero también resultaron víctimas del furibundo ka’ucho. Según el acta de imputación, todo el hecho duró más de una hora y tuvo como seis víctimas.
Volái kuéra llegaron al domicilio luego de ser avisados del caso, pero avei fueron agredidos por el envalentonado borracho. Frente a los policías osapukái igente kuérape, que las iba a matar uno a uno, que no tardaría en la cacerolita y “aju jeyvo peikuata hina”, según las constancias de la carpeta de investigación. Ña fiscala oñongatuka al sujeto en la comisaría y a primera hora del miércoles fue llevado a declarar, pero oñe negá a colaborar con la investigación.
Upepe,oñehenói al médico forense para el diagnóstico de las víctimas kuéra y todas tenían rastros del feroz ataque que les propinó el nervioso ka’ucho. La prima recién operada del ojo, fue la que más ligó y mostraba hematomas al momento de su revisión médica. Fue imputado por violencia familiar y se pidió que sea llevado a la cacerolita.
