El pasado día 15 de agosto, César “Landy” Torres asumió la Gobernación de Alto Paraná, generando gran expectativa, llevando en cuenta que los últimos cinco años de gestión de su antecesor, Roberto González Vaesken, fueron para el olvido. Para los que se preguntan para qué sirven las gobernaciones, es importante saber que el artículo 16 de la Ley 426/94, del Gobierno Departamental, establece entre los deberes y atribuciones elaborar y ejecutar políticas, planes, programas y proyectos para el desarrollo político, económico, social, turístico y cultural del departamento, así como también deben coordinar planes, programas y proyectos con las municipalidades.
Las gobernaciones asimismo deben coordinar la acción educativa y la formación escolar y ciudadana; coordinar con los organismos competentes del Gobierno Central la política sanitaria; organizar con los recursos previstos en el presupuesto del departamento los servicios departamentales comunes, como obras públicas, provisión de energía eléctrica, agua potable, transporte y otros. Al mismo tiempo, deben las gobernaciones adoptar medidas para la preservación de las comunidades indígenas residentes en el mismo, del medioambiente y de los recursos naturales del departamento.
Cuando leemos lo que establece el artículo 16 de la Ley 426, que establece la carta orgánica del gobierno departamental podemos inferir, luego de contrastar con la experiencia de la realidad y la gestión de estas instituciones, que lamentablemente poco se ha avanzado en lograr resultados óptimos. No solamente el país no avanzó en cuanto a la descentralización, sino que además ha quedado demostrado que las gobernaciones muy poco han hecho para elevar la calidad de vida de los vecinos de los departamentos del país.
Las gobernaciones y las juntas departamentales han tenido a su disposición muy buenos recursos, además de toda la infraestructura del Gobierno Central para aportar en temas como educación y salud, mejorar los caminos, la provisión de energía eléctrica y agua potable, así como el transporte. El abandono en el que sobrevive la población del país es, sin embargo, comprobable y bastante contrastable con la pésima gestión de gobernadores y ediles, que generalmente solo están para proteger y encubrir las trapisondas del titular del Ejecutivo Departamental.
Frente a las necesidades de los paraguayos y paraguayas que viven en medio de tantas limitaciones y tantas necesidades, compatriotas que viven en comunidades que tienen autoridades municipales y departamentales con recursos y con la posibilidad de ofrecer asistencia, tarea que en realidad constituye una obligación para autoridades y funcionarios, solo queda reclamar por su desidia e incompetencia.
Las gobernaciones deben ser el gobierno cerca de la gente, pero en cambio muchas de ellas solamente han sabido estar bajo la atención de los medios de comunicación en escandalosos casos de corrupción, mientras la población no tiene caminos ni escuelas ni hospitales. Es loable al menos que “Landy” ya haya hecho algunos anuncios importantes, como la construcción del “gran hospital del Este”, que podría ser un paliativo para los acuciantes problemas en Salud Pública. Así también impulsará el sistema de alcantarillado y agua potable para CDE y Pdte. Franco, que luego irá ampliándose a más distritos. Son estos temas de relevancia para la ciudadanía, que esperamos tengan decidido impulso de parte del gobernador, que no debe perder tiempo en rencillas políticas, sino dedicarse exclusivamente a trabajar por el bienestar de los habitantes de este departamento.