
Mientras el gobernador de Alto Paraná, Roberto González Vaesken, se plagueaba porque desconocidos sacaron el logo de la Gobernación del Pabellón de Internados de Hernandarias, una ambulancia de la institución, que trasladaba a una niña enferma a San Lorenzo tuvo desperfectos mecánicos a causa de falta de mantenimiento, evidenciando el pésimo estado en que se encuentra el parque automotor del gobierno departamental. De hecho, la “herencia” de Vaesken al nuevo gobernador será un cementerio de chatarra como “parque automotor”, además de un sinfín de negociados cometidos por el “cuatrinomio de oro” que hace y deshace en la institución.
Según se supo, en la mañana de ayer una niña en grave estado de salud era trasladada al hospital de San Lorenzo para someterse a cirugía. Sin embargo, la ambulancia de la Gobernación tuvo desperfectos mecánicos y “quedó por el camino”, por lo que la pequeña tuvo que ser trasladada a una ambulancia privada del servicio SEME, que la llevó a destino. De acuerdo con los datos, le faltaba mantenimiento a la ambulancia de la Gobernación, situación en la que se encuentra gran parte del parque automotor de la institución, por desidia y negligencia del gobernador y los funcionarios superiores responsables.
El jefe de transporte es Carmelo Castillo, integrante del “cuatrinomio de oro” que estaría cometiendo todo tipo de negociados en la institución, con la anuencia del propio gobernador González Vaesken, según denuncias recibidas por periodistas de La Clave. Refieren las fuentes que el parque automotor del gobierno departamental está convertido en un cementerio de vehículos chatarra, que quedará como “herencia” para el futuro gobernador, César “Landy” Torres.
Si bien la institución liberó recursos suficientes para reparación y mantenimiento de los rodados, ese dinero en realidad habría sido “tragado” por los funcionarios, en vez de ser invertido en los rodados. Según se pudo determinar en el portal de la DNCP, solo en 2023, la Gobernación destina casi G. 500 millones para mantenimiento y reparación de vehículos y maquinarias mayores, pero la realidad es otra, ya que el parque automotor se cae literalmente a pedazos. Y cada año son librados millonarios fondos para supuestas “reparaciones”, pero nadie sabe en qué se invierte realmente estas gruesas sumas.
Así también, las fuentes aseguran que un tractor de importante valor habría sido “vendido” por los funcionarios, ya que el vehículo “desapareció” y se desconoce su paradero. Igualmente, los informantes enfatizaron que actualmente estaría en marcha uno de los últimos negociados, adquisición de cubiertas nuevas para los rodados de la institución. Sin embargo, hay sospechas de que esta compra solo existe “en los papeles” y que los neumáticos, si llegan a ser comprados, recibirán otro destino.
La Clave denunció días pasados la existencia de una rosca corrupta, que hace años hace y de

shace en el gobierno regional, con la anuencia del propio González Vaesken, quien dejará el cargo el próximo día 15 de agosto. Integrantes de este “cuatrinomio de oro” son Antonio Duarte, secretario de hacienda; Clide Mereles, secretario de obras; José López (figura como jefe en talento humano y está imputado por violencia familiar), y Carmelo Castillo (jefe de transporte). Las acusaciones contra los mismos van desde el ordeño escandaloso de combustibles, pasando por obras inservibles y licitaciones amañadas.
El que libera los recursos para ejecutar los negociados, para luego ser divididos entre la cúpula es el secretario de hacienda, Antonio Duarte, revelaron las fuentes. En tanto que Clide Mereles es el “cerebro” de la rosca, planificando minuciosamente los golpes a ejecutar. De acuerdo a los datos, Mereles llegó en un auto “Chileré” a la institución departamental, pero últimamente alardea lujosas camionetas, al igual que Duarte.
En tanto José López es considerado “la sombra del gobernador” y forma parte supuestamente del esquema de robo u ordeñe de combustible. Este funcionario, que debía guardar arresto domiciliario por un hecho de violencia familiar, a diario se pasea en una lujosa camioneta de la Gobernación en la que carga combustible para “revender”, dijeron las fuentes. López actuaría en total complicidad con el jefe de transporte, Carmelo Castillo, quien emite las notas de remisión para que en la estación de servicios “Che Róga Mi S.R.L”, del emblema Petropar, barrio Obrero de CDE, provea el carburante para su presunta venta a terceros.