Hasta la penitenciaría regional donde guarda reclusión el electo senador Rafael Esquivel, alias “Mbururu”, llegó el viernes el secretario general de la Cámara Alta del Parlamento, portando la convocatoria formal para el juramento de rigor el próximo 30 del corriente. Sin embargo, a juzgar por la postura de los jueces integrantes de tribunales de sentencia, sería otra negativa a cualquier intento del procesado por ir a asumir.
Hasta el momento, los intentos del electo senador, recluido en la cárcel regional de Ciudad del Este, con dos juicios orales y públicos en puerta por crímenes cometidos mucho antes de postularse siquiera al Senado, fueron abortados por los jueces de sentencia a cuyos cargos se encuentra actualmente. Esta semana, su defensor técnico adelantó que presentaría una nueva tentativa, pero no confirmó aún el recurso a ser arrimado al juzgado. La posibilidad de un Habeas Corpus reparador es la que mencionó el abogado Eduardo Lezcano, que lo representa.
Mientras tanto, las opiniones están divididas entre los organismos protectores de los derechos de niños/as y adolescentes que emprendieron una fuerte campaña para evitar el juramento del polémico agitador social. El expresidenciable de su partido, también recluido en la Agrupación Especializada de la Policía, opinó que Mbururu no debe jurar.
CUASI IMPOSIBLE
En el fondo de la cuestión y al decir del juez Marino Méndez, presidente del tribunal de sentencia que abrió juicio contra el electo senador la semana pasada, ya dejó clara la postura de su juzgado ante los reiterados pedidos de revisión planteados por la defensa del encausado. Al no haber precedentes del caso, el magistrado dijo haber recurrido a instancias superiores para determinar los pasos a seguir ante las insistencias. Solamente que en la ocasión, todos los petitorios fueron denegados por la forma de sus planteamientos, aun cuando existieron posibilidades.
Resta señalar que los procesos abiertos contra Mbururu por hechos punibles contra la vida, homicidio doloso en grado de tentativa, coacción sexual, coacción grave, entre otros, podrían definir ya una sentencia definitiva todavía dentro del plazo para el juramento de rigor. Así mismo, el caso de robo y coacción grave en perjuicio de la familia Arias-Montalbetti, el juicio sigue su curso y también podría recaer sentencia definitiva en el caso. De cualquier manera, el panorama para el electo senador no es de lo más agradable para sus intenciones, ya que todo está en discusión.
Otro desfavorable para Mbururu es la división interna evidente que surge en el interior del partido que lo propuso. El expresidenciable y la senadora electa, Yolanda Paredes, tampoco se ponen de acuerdo en el tema.
