La noche del pasado viernes se dictó sentencia definitiva en el marco de un proceso abierto contra un tío depravado, hallado culpable de abusar sexualmente de tres hermanitas, todas menores de edad. Los hechos se sucedían en la vivienda familiar o, en su efecto, el degenerado utilizaba aulas de una escuela abandonada en la periferia de Ciudad del Este para someter a las niñas, mientras su madre se hallaba cumpliendo obligaciones laborales.
La juez Flavia Recalde presidió el colegiado de sentencia que integraron sus colegas Milciades Ovelar y Emilia Santos, como integrantes del pleno que por unanimidad condenaron al acusado a 26 años de prisión que los cumplirá en la penitenciaría regional de Ciudad del Este. Según la acusación presentada por la fiscal especializada Vivian Coronel, el sujeto aprovechaba el estado de vulnerabilidad de las víctimas a quienes sometía sexualmente conforme se dieran las oportunidades, dado que la progenitora pasaba muchas fuera de la vivienda familiar por motivos laborales.
Habrían sido cuatro años de soportar los vejámenes a manos del criminal, ya que cuando la mayor de las niñas completó los doce años, empezó a manifestar comportamientos extraños que llamaron la atención de su maestra de grado, quien encaró a la niña.
EL PROCESO
Al enterarse del caso, la docente puso al tanto de la situación a la directora de la institución educativa, quien asesorada por su departamento jurídico y sicológico, radicó denuncia formal por ante la sub comisaría jurisdiccional. Al informarse del hecho, la fiscal Vivian Coronel ordenó las diligencias primarias, entre ellas, la inspección ginecológica de las niñas y la entrevista preliminar en el departamento de asistencia a víctimas. La sicóloga ofició a la agencia fiscal con relación a los traumas mentales de las tres niñas, que eran amenazadas de muerte por el depravado ahora condenado.
En sus alegatos finales, la representación pública expresó los detalles de los informes médicos constatando fuertes agresiones físicas en razón a los sometimientos. La madre de las niñas no se enteró de la situación a raíz de las amenazas que el depravado ejercía sobre las menores, que callaron los abusos por temor, según dijeron en Cámara Gesell.
El criminal cumplirá su condena en la penitenciaría regional de esta ciudad y será compurgada en el año 2046, conforme la sentencia de primera instancia. Omitimos su identidad para resguardar la disposición del artículo 29 del código de la niñez y la adolescencia, que protege a las víctimas de este tipo de hecho.
