Dos agentes de la Policía Nacional que se movilizaban a bordo de una motopatrullera y se dirigían a su base luego de cubrir un local de votación, fueron literalmente linchados por una turba de alcoholizados que farreaban en medio de la calle. Les agredieron con latas de cerveza, luego chocados por un automóvil guiado por una mujer. Como si fuera poco, fueron reducidos a patadas y golpes de todo tipo. Los uniformados pidieron socorro a sus camaradas, quienes los rescataron y los llevaron al hospital. La trifulca ocurrió alrededor de las 22:00 en el barrio Santa Ana de CDE.
Según el informe policial, a la hora indicada los suboficiales Osmar Rodríguez y Francisco Javier Samudio, quienes prestan servicio en el puesto policial nº 11 del barrio Santa Ana, se dirigían a su base después de un largo día de cobertura en un local de votación. Ambos estaban a bordo de una motopatrullera y circulaban sobra la avenida 25 de Agosto, y cuando alcanzaron la avenida Amado Benítez, donde está situada una estación de servicios del emblema Puma, una turba de unos 100 jóvenes totalmente alcoholizados lanzaron latitas de cerveza contra los uniformados.
El suboficial ayudante Osmar Rodríguez, conductor del biciclo, frenó y pegó la vuelta como para identificar a la persona que les arrojó el objeto. En ese ínterin apareció en escena un automóvil Kia Rio de color plata, guiado por una mujer, quien atropelló la motoparullera, causando lesiones al personal policial.
Ayudada por los inadaptados, la misma logró escapar del sitio, y allí los patoteros se abalanzaron contra los uniformados aplicándoles patadas, botellazos y golpes de puño.
La agresión a los policías fue filmada por uno de los presentes y las imágenes rápidamente se viralizaron en los grupos de WhatsApp.
ACORRALADOS
Al ser superados inmensamente por la cantidad de personas, los uniformados efectuaron disparos al aire a fin de proteger su integridad física y así alejar a la violenta turba. Posteriormente, los policías heridos fueron auxiliados por sus camaradas y fueron llevados a un centro asistencial. Asimismo procedieron a llevar la motopatrullera totalmente destrozada del lugar.
NI UN SOLO DETENIDO
Lo llamativo del caso es que, a pesar de la gravedad de la cobarde y brutal agresión que sufrieron los uniformados, no hay un solo detenido con relación al hecho. El caso fue comunicado al agente fiscal de turno, Julio Paredes.