Al vencimiento del plazo establecido por el juzgado penal de garantías para la presentación del requerimiento conclusivo en el marco de la causa que investigaba el secuestro de Sandra Maceda Rubert en el distrito de Mbaracayú, los fiscales Alberto Torres y Zunilda Ocampos presentaron acusación contra todos los procesados.
Pidieron al juzgado de la causa, eleve para su discusión y finiquito en contradictorio público contra Germán Barreto Ocampos, Alan Schuster Pfeifer, Joel Andrés Gaona, alias “Pitogüe”; Hernán Barreto González, Pablo González Flores, Blanca González y Carlos Javier Álvarez Yegros, todos mayores de edad. Todos juntos urdieron el plan para secuestrar a la ciudadana de origen brasileño, hecho materializado el 14 de agosto del año pasado, alrededor de las 16:30, en la vía pública de la colonia General Díaz, siguiendo precisas instrucciones de Germán Barreto Ocampos.
Según la conclusión investigativa, Alan Schuster Pfeifer, cercano a la familia de la víctima, entregó todos los datos de los movimientos que realizaba la mujer escogida para el plagio por cuya liberación se pediría la suma de 250.000 dólares, suma reducida a 200 mil de la moneda norteamericana. La mujer fue introducida a la fuerza a bordo de un automóvil Toyota Premio, con cuatro ocupantes, en momentos que terminaba su rutina de caminata diaria. Tras un viaje de unos 40 minutos, la secuestrada fue atada de pies y manos e introducida a una zona boscosa utilizada como cautiverio.
EL PERIPLO
Los hermanos Marcos y Pablo González Flores hicieron de custodios, mientras el grupo criminal realizaba la tarea de comunicación con el esposo de la víctima, exigiendo que no se realice denuncia alguna. Esto fue cometido por Germán Barreto Ocampos, quien luego de efectuar un disparo para apurar la entrega del dinero, cortó la comunicación telefónica. El utilizado para realizar la primera llamada fue rastreado por personal antisecuestro de la Policía y ello sirvió para seguir las coordenadas del usuario y obtener los datos de comunicación que se realizaba entre los miembros de la banda.
También sirvió para ubicar el lugar de cautiverio, un bosque no muy lejano de la vivienda de la víctima. Al momento de la toma de una carpa bajo la que estaba Maceda Rubert, logró escapar de la comitiva, Pablo González Flores, quien fungía de custodio. La secuestrada fue rescatada mediante una arriesgada acción de la policía antisecuestro al mando del comisario Nimio Cardozo, sin que la familia se deshaga del dinero exigidos por los delincuentes, ya que estaban a punto de pagar el rescate. Todos los procesados se exponen a elevadas penas carcelarias.