
Venimos de un mundo donde se nos evaluaba por el Coeficiente Intelectual, donde se medían habilidades “duras”. Con los años nos fuimos dando cuenta que existen otras habilidades que son vitales para la gestión, el éxito y los resultados. Estas “habilidades blandas” de comunicación, liderazgo, inteligencia emocional, y adaptabilidad a los nuevos entornos y realidades, nos ayudan a estar más cerca de los objetivos, con una mirada diferente.
Daniel Goleman dice que en las empresas somos contratados por el Coeficiente Intelectual y despedidos por falta de Inteligencia Emocional, personas muy técnicas, que no se adaptan a las nuevas generaciones, a los cambios, a lo que es diferente, manteniéndose atrapados por sus “creencias”, vivencias previas y sus propios “mapas mentales”.
Encontramos en las empresas personas excelentes, con mucha trayectoria o conocimiento en lo que hacen, pero con muy pocas habilidades adaptativas, dentro de las organizaciones en las que trabajan, y el resultado es tener que rotar de empleo cada 4 o 5 años , y tener que comenzar de 0 periódicamente.
La Inteligencia Emocional es la habilidad de reconocer, regular e identificar nuestras propias emociones, y la de otros, incorporando como columna vertebral la autoconsciencia, el autocontrol, la empatía, la motivación y el relacionamiento social.
Los líderes en las empresas, los docentes en la educación, las personas en las familias, que logran ir incorporando estas habilidades, de a poco por supuesto (porque es un proceso y transformación) obtener una mejor calidad de vida, disfrutar de sus trabajos, compartir con sus entornos y valorar los logros propios y ajenos.
A veces decimos, Juan, María, Pedro, me estresan en el trabajo o “mi trabajo me estresa”, pero nada de esto es real, pues yo permito que determinadas cosas me estresen, porque no gestiono, y si bien a veces se torna en una labor muy difícil, es como explico un proceso, donde necesitamos poner el foco y trabajar para poder cambiar. Siempre decimos que “no vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos”.
Existen “EMPRESAS CON INTELIGENCIA EMOCIONAL”, estas son las que incorporan dentro de su MISIÓN, VISIÓN Y VALORES, algunas de las habilidades de Inteligencia Emocional, como parte del “ADN” de la organización.
Por esta razón, los primeros que tienen que formarse en Inteligencia Emocional son quienes lideran, y luego sus equipos de trabajo, sino es como ponerle lentes de aumento al personal para que vean los errores de sus jefes.
Si logramos incorporar habilidades comunicativas diferente y de gestión de Inteligencia Emocional, lograremos mayor éxito en los resultados, lograremos un mejor clima laboral y una mejor experiencia para los equipos de trabajo, que cambiarán los resultados de la organización en todos los sentidos, pues la ADAPTAVILIDAD es clave.
Luis Hermo Mazzochi, coach y conferencista internacional (Uruguay). Experto en inteligencia emocional, escritor, consultor, además de asesor institucional y empresarial.