Lo venimos advirtiendo desde los primeros días de enero y ahora ya se va confirmando, la profunda división existente en el país a nivel de los dos movimientos políticos colorados más grandes, que hacen que cualquier decisión que se tome, sea considerada “pro Cartes” o entonces “pro Mario Abdo”. Es lo que acaba de ocurrir con el fallido intento de juicio político del ministro del Interior Arnaldo Giuzzio.
No caben dudas que los errores cometidos por las autoridades en materia de seguridad son muy graves y necesitan correcciones urgentes para que no se vuelvan a repetir. Un elemento nuevo viene ahora a puntualizar la gravedad de lo acontecido. El gobierno de los Estados Unidos de América acaba de desaprobar al gobierno de Mario Abdo Benítez con una simple recomendación a sus ciudadanos. Pidió no viajar a Paraguay por problemas de inseguridad y el riesgo sanitario relacionado a los contagios de covid-19. La determinación del Departamento de Estado, que equivale al Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país, se dio a conocer el 31 de enero, un día después del lamentable acontecimiento de San Bernardino, donde un hecho de sicariato causó víctimas fatales y heridos.
En su página oficial el organismo del gobierno estadounidense señala que “los elementos delictivos transnacionales están activos y se dedican al tráfico ilícito de armas, estupefacientes y mercancías en estos departamentos, que se encuentran a lo largo de la frontera nororiental de Paraguay con Brasil”, al referirse a Amambay, Alto Paraná, Canindeyú, San Pedro y Concepción. “La presencia policial es limitada” en esos sitios, destaca el documento del Departamento de Estado.
La desconfianza hacia la política de seguridad del Gobierno paraguayo no es solo cosa de los opositores o de los sectores políticos que cuestionan a la administración actual por intereses políticos y partidarios, como sostienen algunos altos funcionarios. La inseguridad en el Paraguay no es un invento de la prensa o una creación fantasiosa articulada por los políticos que cuestionan a Mario Abdo. Es un hecho objetivo, real, que provoca el miedo a la ciudadanía y que incluso ha puesto en alerta nada menos que al gobierno de Washington. En otras palabras, la inutilidad en materia de seguridad de este gobierno es de tal magnitud, que uno de los países más cuidadosos en ese tema ha puesto en alerta a sus ciudadanos.
Esta advertencia del gobierno norteamericano a sus ciudadanos debe ser interpretada con atención por el paraguayo. Y debe decidirse de una vez a depurar las filas de las fuerzas de seguridad, comenzando con las más altas autoridades, como el ministro del Interior. Ahora que se ha cesado al comandante de la Policía Nacional, el Gobierno debe remover también al secretario de Estado y a los responsables de los diversos organismos del área que cada día dan muestras de inutilidad y hasta de lamentables hechos de corrupción en todos los niveles.
Desafortunadamente, el propio presidente se encarga de relativizar los cuestionamientos a su ministro, calificándolas de “políticas”, discurso que es repetido por su vicepresidente, Hugo Velázquez y los que lo apoyan en el Congreso. Sin embargo, existe un clamor real de la ciudadanía por más seguridad, que no está siendo oído por los gobernantes, enfrascados en sus rencillas por el poder. Es de esperar que Arnaldo Giuzzio todavía decida por cuenta propia dar un paso al costado, de lo contrario, una vez más la ciudadanía tendrá que salir a las calles, con todo lo que eso conlleva para el país.