
Son al menos 100 personas de la parcialidad Mbya que habitan el Parque Nacional Ñacunday y que, por los efectos de la sequía, sus cultivos de autoconsumo se perdieron y no tienen nada para comer. Tampoco tienen acceso al agua potable y eso repercute en problemas de salud de niños y adultos.
El caso se hizo púbico a través del doctor Vicente López, encargado del puesto de salud del distrito, quien habló con el líder de la comunidad indígena y este expresó que los cultivos de mandioca, batata, poroto y otros no dieron frutos por los efectos de la sequía, la caza es cada vez menor en los bosques y por eso hay semanas que no tienen qué comer.
A todo esto, el Instituto Nacional del Indígena (INDI) fue avisado del caso, pero habría excusado que no disponen de viáticos ni cupos de combustibles para llegar hasta la zona de Ñacunday. El líder de los nativos, en medio del desespero, recurrió al profesional de salud para clamar ayuda, ya que la institución que debería representarlos les da la espalda.
Ellos viven en la más absoluta miseria, sin las mínimas condiciones para sobrellevar el día a día. Los niños no tienen ropas, se nota a simple vista que no están bien de salud, muchos ancianos requieren de una asistencia médica especial, pero ni siquiera tienen para comer y con eso se complica todo.
TOMAN AGUA SUCIA
La comunidad nunca tuvo acceso al agua potable, siempre consumieron el líquido vital de las nacientes, pero estas ahora se secaron y deben caminar kilómetros para encontrar algo que les ayude a saciar la sed en estos días de intenso calor. “Están tomando agua de cualquier lugar, toman agua sucia, eso les da vómitos y diarrea, además muchos niños desarrollan severos cuadros de desnutrición”, lamentó el doctor López.
La falta de alimentos es paliada en muy escasas ocasiones cuando el personal de salud les lleva lo que pueden o alguna persona caritativa cruza por la zona. El cacique de la comunidad relató que hay semanas que no tienen ni una batata para poner en la mesa y así calmar el hambre de los niños, sobre todo.
ESPERAN APORTES DE LA COMUNIDAD
Toda ayuda para esta comunidad es bienvenida, porque no es exagerado decir que no tienen nada. Por eso, las personas que quieran entregar su aporte, como agua potable, alimentos no perecederos, leche, ropas, calzados, etc., pueden llevarlo al puesto de salud o contactar con el doctor Vicente López al 0986 427547.
Lo ideal sería que la comunidad indígena cuente con un tanque elevado para tener un sistema permanente de agua potable, pero dependerá de las autoridades del municipio o de la Gobernación para que eso sea posible. Ellos, aunque vivan dentro del Parque Nacional, están lejos de la zona del Salto Ñacunday.