
A lo largo del 2021, la Receita Federal del Brasil destruyó cigarrillos de contrabando de origen paraguayo valuado en 491,3 millones de reales, son cerca de 97 millones de cajetillas que fueron incautadas a lo largo del año en la región de frontera entre Paraná y Mato Grosso do Sul.
Este trabajo fue posible gracias a la acción integrada de los organismos de fiscalización y seguridad con apoyo del Forum Nacional Contra la Pirateria y la Ilegalidad (FNCP). Si se suman las incautaciones realizadas en Santa Catarina, que también forma parte 9ª Región Fiscal, la cifra del valor de cigarrillos destruidos asciende a 665,9 millones de reales.
Del total de la requisa, el 67,3 % fue destruido en Foz de Yguazú, que cuenta con un equipo exclusivo para esta tarea a nivel país, capaz de destruir entre 800 a 1.000 cajas de cigarrillos por día y de manera sustentable.
Durante el proceso de destrucción, los residuos de los cigarrillos son separados por el tipo de material que la compone. Los residuos del humo son destinados para el coprocesamiento en cementeras y cerámicas como fuente de energía.
Del proceso resultan residuos del orden de 3 a 5% que son reaprovechados como parte integrante de materia prima utilizada para producción de cemento y tejas. El papel plástico es llevado a cooperativas que trabajan en el reciclado.
Los filtros, junto con los residuos de plásticos, son llevados a la producción de madera polisintética, conocido como madera sintética. De esta forma todo se recicla en un 100 %.
En el patio de la Receita Federal de Foz de Yguazú, hay unos 6 millones de cajetillas de cigarrillos de contrabando que están esperando para ser destruidos. Se estima que serán destruidos en los próximos 15 días.
MÁS BARATO
Fabricar cigarrillos en Paraguay es más barato que hacerlo en Brasil, lo cual explica el masivo contrabando de este producto. Solo el 10% de los cigarrillos producidos en Paraguay se vende en mercados legales, el 5% abastece la demanda doméstica y el 5% la exportación legal.
El contrabando es muy atractivo por la gran diferencia de impuesto entre un país y otro. En Paraguay solo se cobra un impuesto de 16% en comparación con el 80% que se grava en Brasil, lo que reduce el costo al consumidor de 2,20 dólares a menos de un dólar por cajetilla.
El grueso del contrabando se realiza a través del lago Itaipu y en parte el río Paraná. La tarea está a cargo de una gran flota de embarcaciones dotadas de poderosos motores que están en condiciones de correr del Núcleo de Policía Marítima (Nepom), dependiente de la Policía Federal y de la Marina brasilera, caso de ser necesario. De hecho, a lo largo de estos años se han producido enfrentamientos entre contrabandistas y fuerzas de seguridad del Brasil.
La zona de operación se extiende desde Hernandarias hasta la ciudad de Salto del Guirá. A través de una red de puertos clandestinos las cargas se van liberando desde la costa paraguaya hacia el lado brasileño donde también hay una red de puertos ilegales por donde se embarca la carga hacia el interior del Brasil.
De acuerdo a los datos, la tarea pasa a cargo de otra flota, pero de vehículos se encarga de llevar la carga a los destinos finales. Según los datos siete de cada diez rodados incautados por la Policía Federal de los contrabandistas, son robados.
En Brasil, rara vez caen los transportadores, pero si eso ocurre tampoco pasan mucho tiempo en prisión, pues pagan la fianza y vuelven trabajar como si nada. La combinación de alta ganancia y bajo riesgo en comparación a otras actividades al margen de la ley, como el tráfico de armas o drogas, hacen que el contrabando de cigarrillos goce de buena salud en esta frontera.