
Durante el operativo Mbaracayú, agentes de antisecuestro de la Policía detuvieron el martes en horas de la tarde a un sindicado como “cerebro” de la organización criminal que, el 14 de agosto del corriente, ejecutó el secuestro de Sandra Maceda Rubert en la citada localidad, al norte de Alto Paraná. Se trata de Alan Schuster Pffeiifer, de 48 años, residente en el distrito de San Alberto, quien permanecía ayer en la unidad antisecuestro, ya a disposición de la jueza Jorgelina Melgarejo, de la ciudad de Itakyry, con pedido de prisión preventiva, requerida por los agentes fiscales Alberto Torres y Zunilda Ocampos, responsables de la persecución penal.
Los cargos que le atribuyen son: secuestro, privación de libertad, extorsión, extorsión agravada, coacción grave y asociación criminal, en base a los hechos ocurridos en perjuicio de la productora de origen brasileña, por cuyo rescate se había solicitado 250.000 dólares por parte del grupo criminal. El ahora procesado es hermano de un funcionario de los Rubert-Maceda, desde hace 18 años y sería quien pasaba informaciones certeras sobre los movimientos de la familia escogida para generar el perjuicio económico en base a extorsión. Con la detención de Schuster, los investigadores cuentan con seis procesados encarcelados y dos prófugos identificados y declarados rebeldes por la justicia.
ENTREGABA LOS DATOS
Mediante la posibilidad de cercanía, ya que su hermano era personal de confianza de los productores, Alan habría recibido la oferta para integrar el grupo y secuestrar a la mujer para solicitar una gruesa suma de dinero por su rescate. Los hermanos Marcos y Pablo González Flores se encargaron de custodiar a Sandra Maceda en los montes durante sus días de cautiverio, según surge de las investigaciones. El día 15 de agosto, al amanecer del plagio, Alan Schuster habría “visitado” a su hermano, trabajador de los Rubert-Maceda y según el cruce de llamadas del mismo sitio se comunicó por mensaje de texto anunciando que la vivienda estaba con custodia policial.
El ahora procesado habría tenido constante comunicación con Germán Barreto, uno de los primeros detenidos con toda su familia, durante los preparativos, la ejecución y el rescate de la víctima, según las pruebas realizadas por personal policial de antisecuestro. Alan Schuster cayó en redes policiales mediante uso de la tecnología que siguió las antenas de su teléfono celular, que determinó la ubicación exacta del ahora procesado. Todos los elementos presentados en la fundamentación del escrito de imputación apuntan a que su suerte es una segura compañía al grupo de detenidos en alguna penitenciaría del país.