Fernando Bittinger, gerente ejecutivo de la Fundación Tesãi, nuevamente es blanco de cuestionamientos por su actitud prepotente y hasta despectiva con su entorno laboral, que ahora repercutió en la renuncia de la Dra. Ruth Zayas, quien se desempeñaba como gerente técnica en la institución; es decir, la segunda en el cargo, quien también tomaba decisiones, pero que eran modificadas o simplemente pasadas por alto por la actitud déspota de su superior, de acuerdo con las denuncias de los funcionarios.
Justamente, esto habría sido la gota que colmó el vaso y la Dra. Zayas prefirió dar un paso al costado. Una fuente cercana a los directivos de Tesãi indicó que la saliente gerente técnica tampoco estaba de acuerdo con algunos manejos en la institución y las decisiones adoptadas por Bittinger, dejando de lado los estatutos de la entidad y desoyendo cualquier recomendación que no fuera de su agrado o conveniencia.
Una cuestión reiterativa que los demás gerentes buscan corregir, pero no es posible por la actitud dictatorial del gerente ejecutivo, es el retraso en el pago a proveedores y también con el personal de la Fundación, entre ellos los paramédicos que hace tres meses estarían con sus haberes atrasados.
El argumento ante el reclamo a estos atrasos, de acuerdo con los funcionarios, es que se demora el reembolso que envía Itaipu Binacional, pero en realidad es la falta de gestión lo que origina esta y otras cuestiones que son sencillas y solo requieren de una persona expeditiva que delegue funciones y haga funcionar el sistema, según está establecido en el organigrama.
CUESTIONES FAMILIARES
Ante la salida de Ruth Zayas se espera que en los próximos días se designe un nuevo gerente técnico en la institución, pero los funcionarios no descartan una medida de fuerza para pedir la salida de Bittinger y todo su equipo, porque antes que la Fundación progrese y vaya hacia adelante, cada vez más están en franco retroceso.
Según fuentes de la institución, la Dra. Zayas había mencionado “cuestiones familiares impostergables” para dejar el cargo, pues en su ánimo no estaba polemizar con su salida, ya que en numerosas ocasiones intentó una armonía laboral y un entendimiento con el gerente ejecutivo, pero todo fue en vano, por lo que prefirió dar un paso al costado.
VARIOS CASOS
Con la gestión de Bittinger se dieron varios casos que merecían al menos una sanción de la binacional, que es la que financia a la Fundación Tesãi, como el caso del jubilado que murió aplastado al caer por el agujero de un ascensor con desperfectos, mientras que el segundo hecho es el fallecimiento de un guardia de seguridad de la Itaipu por falta de neurocirujano.
En más de una ocasión se mencionó que, desde la gestión de Bittinger, terminó la disciplina interna en el centro asistencial, motivo por el cual también arrecian las quejas sobre los servicios prestados, de acuerdo con lo expresado por asegurados y particulares.