“En estos dos años en Stanford tuve el mayor crecimiento profesional y personal de mi vida”, expresó a La Clave Anderson Gava, el santarriteño que culminó el Master of Business Administration (MBA) en la Universidad de Stanford, con sede en California (EE.UU.). Respecto a la educación universitaria en Paraguay, refirió que se necesita de una transición para que los alumnos tengan una participación más activa en el aula. “Los trabajos prácticos y exposiciones no son suficientes. Es importante incentivar una comunicación multidireccional en las clases”, alegó. El joven culminó la carrera de Ingeniaría Industrial en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en el 2014.
Culminaste un MBA en Stanford, ¿cómo fueron estos años de estadía?
En estos dos años en Stanford tuve el mayor crecimiento profesional y personal de mi vida. Profesionalmente, tuve exposición a distintos modelos de negocio que no conocía, y he podido escuchar la experiencia de grandes referentes mundiales en su campo. Stanford es muy exigente con sus profesores, y la mayoría de ellos son considerados como los más influyentes en su área de estudio internacionalmente.
Antes de Stanford ya tenía relevante experiencia corporativa en posiciones gerenciales. Con el MBA amplié mi horizonte profesional. Aprendí la importancia que juega la distribución de capital en la economía a través de instrumentos de inversión como fondos de capital privado, capital de riesgo, entre otros. Además, he desarrollado mis habilidades interpersonales de liderazgo y exploré materias más técnicas, cubriendo temas desde estrategia y comportamiento organizacional hasta el proceso de creación de productos tecnológicos y físicos.
Del lado personal, he ganado confianza. Esa confianza vino de dos lados. Pude conocer, conversar, trabajar con grandes emprendedores, empresarios, etc. Ellos también tienen sus momentos de dificultad, momentos en que fallan, momentos de incertidumbre, de tristeza. Es común ver que el principal factor diferenciador es su humildad para aprender y crecer de esas experiencias. Segundo, aprendí a ser intencional respecto a las decisiones que tomo. Aprendí a preguntarme ante cada situación cuál es el resultado que busco, y planear qué debo hacer para aumentar mis chances de conseguirlo.
¿Te costó adaptarte al método de enseñanza?
Tuve algunas dificultades al comienzo. Sin embargo, me cuesta identificar si esas dificultades son debidas específicamente al método de enseñanza. El MBA de Stanford utiliza principalmente el estudio de casos, y el aprendizaje experimental como métodos. El estudio de casos implica lectura y análisis antes de clase, y mucha discusión y debate dentro de clase. El aprendizaje experimental implica “aprender haciéndolo” que, a su vez, también incluye sus desafíos: equivocarse constantemente, tener conversaciones incómodas, negociaciones, entre otros.
Por un lado, el idioma ha sido una dificultad adicional al comienzo. Tener discusiones, que por sí son desafiantes, en tu idioma nativo ya es difícil, hacerlo en un segundo o tercer idioma, agrega otras dificultades. También, la carga horaria de clases y preparación es extendida, superando la de un trabajo de tiempo completo.
Por otro lado, el aprendizaje experimental implica equivocarse constantemente, aprender de los errores, y volver a intentarlo. Sentirse cómodo frente a esos tipos de situaciones complejas, ambiguas, y, de por sí incómodas, es una habilidad que se desarrolla con el tiempo.
En la universidad donde estudiaste, ¿cómo afrontaron la pandemia?
Me sorprendió la velocidad de reacción que tuvo la universidad frente a la pandemia. En lo que vinieron las restricciones de cuarentena por el Covid-19, la universidad inmediatamente pasó sus clases al modo virtual. A la semana, Stanford creó un equipo académico que lideró la implementación de soluciones tecnológicas y la adaptación de las clases al modo virtual, en un trabajo conjunto con los profesores y algunos estudiantes voluntarios.
Tomé clases virtuales y en persona. La educación virtual fue igual de efectiva en mi opinión. Para velar por la salud de los estudiantes, todos los que frecuentaban el campus tenían que tomar una prueba de Covid-19 dos veces a la semana. La prueba se ofrecía de manera gratuita en el propio campus. Este requerimiento se levantó una vez que los estudiantes fueron vacunados en su mayoría, a finales de mayo.
A partir de tu experiencia en el extranjero, ¿cuál es tu opinión sobre la educación universitaria en Paraguay?
Hoy el protagonista absoluto en las salas de clase en Paraguay es el profesor. Necesitamos una transición en la cual los alumnos pasen a tener una participación más activa. Los trabajos prácticos y exposiciones no son suficientes. Es importante incentivar una comunicación multidireccional en las clases: no solo de profesor a alumno, sino también de alumno a profesor, y de alumno a alumno. Eso se puede hacer a partir de debates y discusiones en las que el profesor actúa como mediador.
La implementación no es fácil. Es necesario crear un ambiente inclusivo en el cual los alumnos sientan que contribuyen a la clase, aun cuando dan una respuesta errónea sobre un concepto, o que es contraria a la opinión del profesor. Hay técnicas de comunicación y mediación para eso. Lo que está claro para mí son los beneficios. Dedicar cierto tiempo de clase a esas discusiones y debates brinda herramientas valiosas al alumno para desenvolverse más efectivamente como profesional.
Existen otras dinámicas que se pueden usar para darle más protagonismo al alumno. Por ejemplo, en la cátedra de Ingeniería Económica en la Facultad de Ingeniería de la UNA implementamos en el 2015 un programa en el cual los alumnos lideran una clase de matemática financiera a estudiantes de colegio. No solo es una experiencia didáctica para los alumnos de la Facultad, sino también tiene un impacto social. Los alumnos del colegio salen con herramientas prácticas y fáciles de usar para su uso y el de su familia. Este trabajo fue iniciativa de la cátedra, en la que era profesor junto con el Ing. Pedro Ferreira y el Ing. Luis Centurión.
¿Cuáles son tus planes en el futuro?
Estaré trabajando en el sector empresarial de Paraguay. El proyecto incluye evaluación de negocios, generación de oportunidades de crecimiento, optimización y profesionalización operacional. Además, cuenta con un equipo de soporte altamente capaz, y canaliza inversiones de capital local e internacional.
Como actividad secundaria, planeo seguir involucrado con la educación. Antes de Stanford, era profesor en la UNA; y durante estos últimos dos años he participado de charlas educacionales y motivacionales, así como conferencias sobre educación en el exterior.