La fiscal Lolia Zunilda Martínez Jiménez, nombrada fiscal en sesión ordinaria de la Corte Suprema de Justicia el 18 de setiembre de 2015, asumió el cargo en Presidente Franco y desde hace poco más de dos años, titular de la unidad penal ordinaria nº 8, fue despedida ayer frente a la regional de Ciudad del Este por sus acongojados colegas y funcionarios. Perdió la última batalla contra el coronavirus al mediodía del martes último en un sanatorio privado, donde había ingresado a terapia intensiva el 10 de junio y el sábado 3 de julio sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV) por complicaciones del Covid-19, que finalmente le costó la vida, luego de una cirugía a la que no resistió.
Durante su gestión como agente fiscal, Lolia Zunilda tuvo sus detractores, pero hubo más personas que apreciaron su tarea como representante de víctimas de hechos punibles. Su legajo fue guardado limpio en las oficinas de talento humano del Ministerio Público, ya que no tuvo ni siquiera amonestaciones, menos aún denuncias ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados por mal desempeño de funciones. La fiscal, en su momento, puso especial énfasis en los casos de abusos sexuales contra menores que ingresaban a su unidad en los turnos penales ordinarios.
Durante el velatorio de sus restos, su esposo, el comisario general en situación de retiro Fidel Godoy Elli, mencionó que en el último turno, Lolia había acudido a 50 levantamientos de cadáveres, muchos de los cuales no figuran en las estadísticas y que habría sido la causante de su contagio con el Covid-19 que finalmente acabó con su vida.
Le sobreviven sus padres en la misma vivienda donde nacieron la mayoría de sus hijos, hoy día casi todos profesionales abogados. Sufrió la pérdida de su hermano Javier, aquejado de una letal enfermedad en octubre del año pasado. Uno de sus funcionarios perdió a su esposa a causa del covid y luego la agente fiscal se complicó en su salud hasta que la venció definitivamente.
Silencio e impotencia marcaron el último tributo de los colegas de la fiscal Lolia Zunilda Martínez Jiménez, al igual que funcionarios del Ministerio Público de Ciudad del Este durante la presencia del carro fúnebre que estacionó por breve tiempo a la entrada de la sede fiscal.
Una mezcla de congoja se observó en los globos blancos lanzados al aire como último homenaje a la compañera, amiga y consejera que se convirtió en la primera agente fiscal de la Región II, que perdió la vida en el ejercicio de funciones a causa del Covid-19.
El recuerdo de su eterna sonrisa acompañará a quienes conocieron en vida a la abogada, madre y representante de la sociedad que partió a lo desconocido. Paz en su tumba.