La Municipalidad de Hernandarias hizo un llamado a licitación pública nacional para almuerzo escolar, pero en la modalidad de plato de comida, en medio de la suspensión de clases presenciales en las escuelas a causa de la pandemia. La institución realizó este tipo de llamado, pese a que se sabe que los niños no concurren a las escuelas para las clases presenciales a causa de la pandemia por Covid-19, por lo que resulta imposible que puedan recibir el almuerzo servido.
Con muy buen tino, la Junta Municipal pidió que se transforme el almuerzo en kits alimenticios, recomendando a la Intendencia que se entreguen víveres en vez del plato, puesto que es impracticable. Luego de este cambio solicitado por el legislativo municipal, el proceso de entrega de los alimentos a los niños de escasos recursos tardará aún más, teniendo en cuenta lo burocrático de los pasos para concretarse la entrega de los beneficios con recursos del Fonacide.
Cada año, casi en todos los distritos se repite el inconveniente del llamado a licitación que se realiza en forma tardía, es decir, mucho después del inicio del año lectivo, razón por la cual los niños no reciben a tiempo los alimentos. La política voraz no puede seguir con las maniobras de siempre para lucrar a costa de un derecho de los niños y niñas como es la merienda y almuerzo escolar que, en esta pandemia, se ha vuelto hasta esencial para las familias más vulnerables.
La ciudadanía paraguaya espera que alguna vez terminen los negociados de algunos angurrientos políticos que se manejan como verdaderos malandrines detrás de licitaciones de alimentos para nuestras escuelas. Sobrefacturaciones, licitaciones de alimentos a favor de familiares, amigos, operadores y otros mediante alevosas maniobras, mala calidad de los insumos son denuncias constantes en la prensa.
Si recapitulamos algunas, encontramos a la nuera del diputado Miguel Cuevas tras negocios con alimento escolar en el departamento de Paraguarí, en su época de gobernador. Recordemos que Cuevas llegó a comprar naranjas a G. 14.400 el kilo durante su administración, 8 veces más caras en relación con los precios del abasto y supermercados en ese momento.
La compra de “miel de oro” a G. 164.200 el kilo que hizo el ahora ministro de Desarrollo Social, Mario Varela, cuando estuvo al frente de la Gobernación de Caaguazú, es otro escandaloso hecho. En el caso de la diputada Celeste Amarilla a quien se conoce como la “reina del almuerzo escolar” por las facturaciones de US$ 45 millones de empresas a las que se vinculaba y con grandes denuncias de mala calidad en las que tiene millonarias cuentas a cobrar son parte del esquema de recaudaciones a costa de los recursos del Estado. Ni que hablar de los negociados de la Gobernación en tiempos de Lucho Zacarías o de la municipalidad de CDE, cuando era intendenta la nefasta Sandra McLeod de Zacarías.
Las miserias que nos azotan, las vidas que estamos perdiendo por la crisis sanitaria, contexto en que el alimento escolar es más indispensable que nunca para que nuestra educación resista el embate del covid-19, urgen de tomadores de decisiones apegados a las normas legales, pero ante todo honestos y con voluntad de servicio en favor de la sufrida ciudadanía que mes a mes les cumple con el pago de sus salarios.