Cataratas del Yguazú también se ve muy afectada por la sequía

La caída de las Cataratas del Yguazú, considerada la séptima maravilla natural del mundo y uno de los principales atractivos turísticos de la región de las Tres Fronteras, ofrece un espectáculo único para el visitante. Muchos no pueden creer lo que observan.
Este atractivo en este momento muestra un paisaje pocas veces visto. Actualmente, quien llega hasta el Parque Nacional de Yguazú, en Foz de Yguazú, apenas ve hilitos de agua cayendo por las 277 saltos catalogados en las Cataratas.
En condiciones normales, la caída transporta 1,5 millones de litros de agua por segundo. Ayer a la tarde era de aproximadamente 410 mil litros de agua por segundo, de acuerdo con el monitoreo de la Compañía Paranaense de Energia Eléctrica (Copel).
En los primeros días de junio, la caída fue aún más baja, con 380 mil litros de agua por segundo. Este factor puede ser explicado por la falta de lluvia en las regiones donde se carga el Yguazú, cuyas nacientes están en la región metropolitana de Curitiba. A su trayecto hasta la tres fronteras, el río abastece los reservorios de seis usinas hidroeléctricas.
La masa de bosque que perdió la región de Yguazú, de acuerdo con los registros del MapBiomas, plataforma que monitorea el uso del suelo en el Brasil, entre 1985 y 2019, es de 21,3 por ciento de su vegetación nativa, formada principalmente por el bosque Atlántico. En la zona de Curitiba, queda apenas 7, 2 por ciento de la vegetación original.
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