El equipo económico del Poder Ejecutivo sigue sin definir una posición con relación al proyecto de reactivación del comercio de frontera, impulsado por gremios empresariales, como la Cámara de Comercio y Servicio de Ciudad del Este, con el apoyo de otras ciudades afectadas, como Salto del Guairá y Pedro Juan Caballero. Es evidente la presión de los gremios de la capital.
Pedro Mancuello, viceministro de Comercio y Servicios, reconoció a medios de la capital que la normativa para mantener la competitividad sigue en “análisis” y que el Gobierno no tiene aún una decisión oficial, admitiendo que depende ahora que un acuerdo entre los gremios empresariales de la frontera y de la capital del país.
Acotó que están mediando para que ambos sectores se pongan de acuerdo sobre la aplicación de la nueva normativa. Es evidente que hay una especie de teléfono cortado entre los gremios de la capital y de las ciudades de frontera. Lo para que estos últimos es positivo y saludable para los de Asunción es inviable, porque ven sus intereses en juego.
La semana pasada se realizó una reunión de trabajo entre ambos sectores donde se analizó la propuesta impulsada por los comerciantes de las ciudades de frontera. Hasta el momento no hay avances, pero se espera que finalmente haya un acuerdo.
Ciudad del Este depende del comercio. Su vida económica dista de municipios eminentemente agrícolas como Santa Rita, Naranjal, en el sur, o San Alberto y Mbaracayú, en el norte. Ellos dependen del clima y de la buena cotización internacional del grano. Pero Ciudad del Este, y las demás ciudades de fronteras con Brasil dependen de la competitividad para seguir siendo rentables.
El proyecto que impulsan las ciudades de frontera apunta a asegurar buenos precios de los mismos productos que hoy se ofertan por ejemplo en las tiendas francas de Foz de Yguazú, donde el tributo es solo del 6%. Para competir aquí, los empresarios proponen un tributo único del 4% y es allí donde los empresarios de la capital intervienen.