Régimen que pretenden en fronteras busca corregir anomalías y dar competitividad

Ciudad del Este necesita asegurar mejores precios que las tiendas francas brasileras.
El empresario y político Iván Airaldi explicó que se busca regular el régimen de turismo comercial fronterizo para dar competitividad a las ciudades de frontera y corregir anomalías que se observan en el régimen actual. Entendiéndose este como la enajenación de las mercaderías que ingresen a territorio no aduanero, para su posterior venta al turismo, en ciudades fronterizas cabeceras departamentales y en la ciudad de Asunción.
“Siempre que las mercaderías hayan sido transferidas desde recintos aduaneros, y esas enajenaciones sean realizadas por empresas habilitadas a operar en este régimen y cuyo destino exclusivo sea la comercialización a personas no residentes en nuestro país”.
Aclaró que las mercaderías no podrán tener otro destino que no sea su comercialización a distribuidores habilitados o personas no residentes en el país. Esta modalidad operativa pretende otorgar al comercio fronterizo paraguayo condiciones de competitividad de cara a las tiendas francas brasileras y el duty free argentino.
Sostuvo además que se resuelve una anomalía normativa, teniendo en cuenta la actual legislación que es una mezcla de conceptos que no son compatibles, como el gravar con el IVA, aranceles aduaneros y el ISC a productos que serán comercializados a personas no residentes en el país.
“Esta anomalía favorece la elusión, ya que los importadores que comercializan los productos importados, tanto en el mercado nacional como por el régimen de turismo, ingresan sus mercaderías pagando los impuestos reducidos bajo el régimen de turismo, dejando de oblar los impuestos correspondientes por la parte a ser destinada al mercado nacional”.
TURISMO COMERCIAL
Además, el proyecto otorga un estatus exclusivo al turismo comercial fronterizo, donde solo se comercialicen las mercaderías a no residentes en el país, situación que no perjudica al mercado nacional, por el contrario, genera recursos genuinos que son volcados al mercado interno, a través de la fuerza laboral directa e indirecta que genera la actividad comercial en las fronteras.
Airaldi también destacó que va generar mayor recaudación tributaria, ya que el modelo en cuestión propone certeza en la recaudación impositiva, en razón a que se pagan los impuestos al momento de la salida de las mercaderías del recinto aduanero para ser enviada a los depósitos aduaneros comerciales para venta al turismo.
“Es de destacar que, a mayor volumen de importación, la recaudación tributaria aumentará, y esto solo se puede lograr si los importadores afectados al régimen de turismo pueden realizar por sí mismos las importaciones, sin necesidad de hacerlo a través de los representantes de las marcas registradas en Paraguay, en razón a que esto genera mayores costos, y hacen perder competitividad al mercado de turismo”.
Mencionó que los representantes de las marcas están licenciados para comercializar sus productos dentro del mercado nacional, y como el mercado de turismo de frontera es exclusivamente para no residentes en el país, las mercaderías no necesitan ser nacionalizadas porque no se han despachado para su comercialización en el mercado interno.
“Por ello, no es lógico que se pretendan imponer registros de exclusividad de venta en el país, que obliguen a normativas híbridas, como el actual régimen de turismo, donde claramente expresa que es de exclusividad para la venta a personas físicas no residentes en el país, pero luego el texto del decreto menciona que en caso de venta al mercado nacional, se pagará el IVA correspondiente”.
El empresario afirmó que esta redacción es la que tiene el actual decreto de turismo y hace que los representantes de las marcas registradas en Paraguay obliguen a las empresas habilitadas a operar en el régimen de turismo, a adquirir los productos que estos importadores representan, para que posteriormente sean comercializados a través del régimen de turismo a personas no residentes en el país.
“Esta modalidad encarece el producto y hace que no se puedan adquirir las mercaderías afectadas al régimen de turismo por volúmenes significativos, lo que permitiría al fisco recaudar impuestos en forma más sustantiva bajo el régimen de turismo de frontera”.
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