Laicos de Hernandarias están en vigilia y rechazan cambio del padre Martínez

El grupo de laicos están en vigilia de oración desde que el Obispado dio a conocer el cambio del padre Jorge Miguel Martínez de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Hernandarias.
Se instaló una especie de guerra entre un grupo de laicos y el obispo de CDE, Mons. Guillermo Steckling, quien decidió el pasado fin de semana remover del cargo de curapárroco al padre Jorge Miguel Martínez y nombrar en su reemplazo al padre Walter Collar al frente de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de la ciudad de Hernandarias. Un grupo de laicos rechaza el cambio y está en vigilia de oración desde el pasado 25 de abril.
Ante la decisión del obispo de la Diócesis de Ciudad del Este, Mons. Guillermo Steckling, de destituir al padre Jorge Miguel Martínez como párroco de Sagrado Corazón de Jesús y suspender a la Comunidad Misionera de Jesús (CMJ) en las funciones que venía realizando en la parroquia, la Asociación Stella Maris emitió un comunicado de rechazo.
“Gracias a la visión fundacional, nuestra Asociación civil sin fines de lucro, inspirada en la sana laicidad promovida por el promovida por el Concilio Vaticano II y garantizada por la libertad jurídica de nuestra República del Paraguay, apoya a sacerdotes y laicos en las obras de bien que se proponen realizar en favor de los más necesitados, pero, al mismo tiempo, nos mantenemos independientes y objetivamente autonómicos para poder seguir con la misma armonía de trabajo que veníamos realizando en todo este tiempo”, refiere.
Aclaran que la mencionada asociación no está sujeta a “la autoridad eclesiástica, ni de la Comunidad Misionera de Jesús, ni de la Diócesis”. Alegan que ven su “buen nombre y derechos conculcados” por el comunicado del Obispado porque pretende, “injuriosamente, dos falsedades: 1) que existe alguna confusión entre lo que pertenece a la Diócesis y los bienes que son de la Asociación Stella Maris; 2) que Stella Maris administra las propiedades materiales del CMJ”.
La asociación asegura que ambas acusaciones ya han sido clarificadas “por los representantes de la Asociación ante las autoridades del Obispado y de forma personal al obispo Guillermo Steckling. Pues, de seguir mencionando a la Asociación Stella Maris, con afirmaciones falsas, con el objeto de crear inquietud a nuestros benefactores y a la feligresía en general, tomaremos las medidas necesarias, así como las acciones judiciales pertinentes”.
“Instamos a todas las personas de bien, y en especial a los representantes de la Diócesis de Ciudad del Este, a seguir trabajando por el bien común y así fortalecer aún más nuestra unión con la iglesia”, concluye el documento que lleva la firma de César Miguel Silvero, presidente de la asociación.
NORMALES
El padre Fabio Recalde, vocero de la Diócesis, indicó que entiende la reacción de los feligreses y que suele ocurrir. “Generalmente cuando hay cambios la gente está siempre muy apegada a su curapárroco, no quiere el cambio. Conmigo suele darse esa situación constantemente cuando me cambian de una parroquia a otra y procuro siempre decir a los feligreses que los cambios son normales y no es necesario llamar a la radio y publicar en facebook que el pa’i querido se está yendo”.
El problema se da con un grupo de laicos que están apoyando a la Comunidad Misionera de Jesús, “entonces por ahí aparecen las cosas, cuando hay cambio, eso es lo que está ocurriendo. Yo creo que el obispo está actuando bien en su oficio, le corresponde. Es el encargado de la Diócesis y, bueno, cuando nos dice mira padre te vas a tal o cual parroquia lo cumplimos”.
Lamentó el conflicto suscitado y evitó opinar sobre la cuestión de fondo. “Muchas veces la gente quiere llevar agua a su molino, pero son cosas eclesiales que el obispo está manejando”, remarcó.
EL TERRENO
Con relación a un terreno que sería el objeto de disputa, dijo que pertenecía a la Diócesis y hace poco tiempo el obispo se enteró que fue transferido. “Ese terreno pertenecía a la Diócesis. En la época de Livieres (Rogelio), que descanses en paz, se transfirió a esta comunidad. No manejamos muy bien. No hace mucho tiempo el padre Jorge Miguel había acercado el documento al obispo, que no sabía que ese terreno fue transferido a esta comunidad y por ahí está el tema”.
Empero, aclaró el obispo lo que pidió es la parroquia, no el terreno que se dio para un fin religioso. “Eso está camino, hay que estudiar, sentarse juntos. Actualmente, está un sacerdote allí que está acompañando antes del cambio; un sacerdote, que es un delegado del obispo que se fue justamente a levantar todo, hacer el inventario como están las relaciones de la feligresía y en base a un documento el obispo decide el cambio”.
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