El subdirector de la dirección de transporte público de la Municipalidad de Ciudad del Este, Edgar Vera, señaló que la institución no cuenta con las herramientas legales para sancionar a las empresas de transporte que incumplen sus itinerarios y frecuencias. Sostuvo que, incluso, algunos buses que fueron a parar al corralón por estar en infracción hasta la fecha no fueron retirados, porque los empresarios no pagan las multas. Los usuarios son los más afectados y padecen por tener que esperar por horas un colectivo que, en varias ocasiones, nunca llega.
No se cuenta con una ordenanza municipal que reglamente la multa a colectivos del transporte público que incumplan frecuencia e itinerarios, puntualizó Vera. Indicó que desde hace 22 días buscan que la Junta Municipal de CDE se ocupe en elaborar y promulgar una ordenanza que establezca las multas, caso contrario, la comuna no tiene manera de castigar a las empresas que incumplen.
“Junto con la directora, Nilsa Benítez, elaboramos un pedido que ya hemos enviado a la Junta, y explicamos la situación, que necesitamos una reglamentación. Hasta la fecha no tenemos nada concreto relacionado al pedido”, detalló.
Apuntó que los funcionarios están con las manos atadas y que pese a que realizan controles, es solamente para intimidar a los empresarios para que cumplan con sus obligaciones, pero en caso de incumplirlas no pueden multarlos.
“Tampoco podemos enviar al corralón los buses porque son los pasajeros son los que se ven perjudicados, porque disminuye la cantidad de rodados y, por ende, la frecuencia de circulación”, explicó.
Relató que en una ocasión, se envió un colectivo de la empresa Ciudad Jardín al corralón por no contar con habilitación al día, y no tener seguro de pasajeros. En tanto, dicha unidad sigue en el predio municipal, dado que los empresarios se niegan a pagar la multa para retirar el vehículo.
Manifestó que incluso ya se reunieron con empresarios para buscar que se rijan por el contrato firmado, y que cumplan como corresponde con su labor, pero que reciben como respuesta que los mismos “están trabajando a pérdida, no tienen dinero para pagar a choferes, no tienen vehículos suficientes, que no tienen subsidios del Estado, y cosas parecidas”.
SUFREN LOS PASAJEROS
Mientras tanto, los más afectados son los usuarios, quienes deben esperar por horas un bus para llegar a sus casas o sitios de trabajo, en medio de la creciente inseguridad. Además, exponen sus vidas al peligro, ya que el pésimo estado de las chatarras propician posibles accidentes de tránsito.