La capital del Alto Paraná arrastra un déficit de cobertura de acceso a servicios básicos. Mucho se habló del tema, pero ninguna autoridad municipal logró iniciar un proyecto para responder a esta demanda. El desafío ahora quedará en manos de las nuevas autoridades municipales que deberán asumir en diciembre próximo.
La cobertura de agua potable, red cloacal y desagüe pluvial no llega ni al 30 por ciento de la población de Ciudad del Este, siendo la segunda ciudad en importancia a nivel país, tanto en el aspecto económico como poblacional.
La cobertura de la empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) se mantiene hace décadas cubriendo el microcentro, el barrio Juan Emilio O’Leray (Catedral), parte del barrio San Rafael y Pablo Rojas. La Itaipu Binacional mantiene el mismo servicio solo para las áreas habitacionales 1, 2, 3, 4 y 8.
El gobierno central hace años viene hablando en un proyecto para resolver este problema, no solo de Ciudad del Este, si no también de municipios vecinos, como Minga Guazú, Hernandarias y Presidente Franco. La idea es utilizar las aguas del lago Itaipu para la provisión del vital líquido.
La fuente de financiación siempre fue un problema para los sucesivos gobiernos. Se esperaba que el gobierno de Mario Abdo Benítez cambie esta situación, pero con la pandemia y el nivel de endeudamiento alcanzado, es poco probable que algo cambie en los próximos años.
El desafío cae en mano de los diferentes aspirantes al cargo de intendente municipal, pero la respuesta a estos problemas no figura en ningún programa político presentado hasta el momento. El actual jefe comunal, Miguel Prieto, inició contacto con el gobierno del Japón y se está buscando la financiación para llevar adelante el proyecto.
CAOS
La imagen de caos, sumado al estigma de ser una ciudad pirata, es la otra carga con la que tendrá que lidiar el próximo intendente. Cambiarla requerirá de un trabajo mejor coordinado con el gobierno central en los próximos cinco años. Se debe insistir en un trabajo conjunto entre comerciantes, Ministerio de Industrias Comercio, Hacienda y la Dirección de Aduanas.
Con relación a infraestructura, la ciudad registra un importante avance en el aspecto vial, como por ejemplo el multiviaducto del km 7, sin dudas, una vez habilitado, resolverá un gran nudo, pero quedan pendientes otros, como la rotonda del Área 1 sobre Ruta PY07. Para este punto ya se desarrolló un proyecto durante la última etapa del gobierno del presidente Horacio Cartes, pero que llegó ver la luz con el actual gobierno.
El ordenamiento vehicular en el microcentro y zona de influencia es otro desafío pendiente de resolver. Muchos culparon de esta situación a la corrupción de la antigua Policía Municipal de Tránsito que el actual intendente desmantelo poco después de asumir el cargo, pero el problema persiste, debido a que evidentemente se trata de un problema estructural.
Si bien terminaron las denuncias de coima, el problema del desorden se mantiene. En esto tiene mucho que ver la educación vial de la ciudadanía esteña. En este aspecto, la comuna inició una campaña de concienciación, pero no se ha avanzando mucho.
ROMPECABEZAS
Pero más allá de la falta de educación vial de la población, sin dudas resulta un verdadero rompecabezas ordenar el tráfico en un área tan pequeña como el microcentro que, de por sí está, saturado, con paradas de taxis, furgonetas y mototaxis, sumados a los mesiteros, casilleros y vendedores ambulantes.
Como si este hacinamiento fuera poco, en los últimos 10 años la ciudad registró un notable crecimiento en la flota de motocicletas y vehículos particulares, que deben circular por las mismas calles y avenidas de hace 50 años, sumándose así al ya complicado tráfico vehicular de Ciudad del Este.