A mediados de mayo del año pasado, el Poder Ejecutivo anunció la creación de la Coordinación Operativa de Investigación Aduanera (COIA), organismo que reemplaza al DETAVE, debido a la permanente corrupción y venalidad de los miembros de esta institución. Sin embargo, a un año de su creación se puede decir que sus agentes incurren en los mismos vicios y falencias de su predecesor, no existiendo ninguna mejoría en cuanto al combate al contrabando, que sigue ingresando alegremente a nuestro país.
Titular de la COIA es Germán Zonetti, un exfuncionario bancario (Banco Nacional de Fomento), cercano al presidente Mario Abdo y al director Nacional de Aduanas, Julio Fernández. El mismo es el encargado de administrar el Programa de Combate al Contrabando de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), en el marco del plan encarado por la Unidad Interinstitucional para la Prevención, Combate y Represión del Contrabando (UIC), tras la desarticulación del DETAVE.
Sin embargo, a más de un año de haber asumido la importante función, se puede afirmar sin temor a equívocos que la labor de la COIA ha sido más bien discreta, como mínimo. Se esperaba un fuerte repunte en cuanto a decomisos de cargas de contrabando se refiere, pero fue todo lo contrario, siendo muy esporádicos los casos en que cayó contrabando, por lo que se duplicaron en los últimos meses los reclamos de productores locales e importadores, debido a la competencia desleal que constituye el ingreso ilegal de mercaderías a nuestro país, sin pagar los tributos correspondientes.
Es en el Alto Paraná en donde la inutilidad de la COIA se pone principalmente de manifiesto; sus agentes diseminados en los puestos de control y puestos “móviles”, si bien monitorean atentamente el ingreso de contrabando al país, no toman acciones para frenarlo, porque ya tienen “acuerdos” con los contrabandistas, de acuerdo a lo indicado por fuentes fidedignas, que merecen credibilidad. Es más, esporádicamente se hace algunos decomisos de cargas menores y cantidades insignificantes, para así seguir manteniendo las apariencias de que “supuestamente se está combatiendo al contrabando”, cuando la realidad es totalmente distinta.
Representantes de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar), indicaron a La Clave que una de las vías de acceso principales por donde ingresa masivamente el contrabando es la frontera en Salto del Guairá (Canindeyú). Esas cargas luego son distribuidas en todo el país, con la connivencia de los funcionarios de la COIA. Los denunciantes señalan que hace un año, los agentes de dicha repartición aduanera recibieron sofisticados equipos informáticos y tecnológicos para un mejor combate al contrabando, pero no sirvió de nada, ya que, como cualquiera puede constatar, los centros de abastecimiento popular están abarrotados de productos contrabandeados.
Por supuesto, la COIA no es la única responsable, sino apenas una parte del problema. No se debe olvidar a los funcionarios aduaneros, de la ANNP y la Armada Paraguaya, instituciones que también están en “primera línea” en cuanto al combate al contrabando, pero en su conjunto fracasan miserablemente en su misión. Hasta el momento, permanecen inamovibles tanto Zonetti como el director de Aduanas Julio Fernández, pese que resultaría imposible que los mismos no se den por enterados de la venalidad y complicidad de sus subordinados. Productores, importadores y comerciantes afectados por la situación no descartan movilizaciones en los próximos días, para repudiar esta situación de “arco libre” para el ingreso del contrabando.