Agobiado por las publicaciones y fuertes cuestionamientos a su gestión en los medios escritos y redes sociales al frente del Parque Tecnológico Itaipú (PTI-Py), su director ejecutivo, José Bogarín, se vio obligado a lanzar un comunicado en el que pretende desmarcarse de las críticas y hacer creer lo óptimo de su trabajo, que solamente él visualiza. Inclusive, busca confundir en la controversia sobre su hombre de confianza, Sidney Viana, coordinador del área de tecnología para operación de centrales hidroeléctricas en el lado paraguayo, al indicar que deploraba presuntas expresiones xenofóbicas y de nepotismo, por indicarse su nacionalidad y que trabaja en la margen derecha.
Nadie observó en las críticas las presuntas expresiones xenofóbicas con las que Bogarín intenta desvirtuar los cuestionamientos. Ahora, tampoco podrá rebatir el anillo nepotista que él mismo ubicó en el PTI (ver infografía proporcionada por sindicalistas de la binacional), que es vox populi en la entidad. Cuando dos, tres, cuatro o cinco personas con parentesco directo son ubicadas en línea de trabajo común, ¿qué es? preguntaríamos al considerado “Rey de las consultorías” en pasacalles, que inundaron Ciudad del Este, la supercarretera y Hernandarias.
Se aplaude que en la región de la Triple Frontera se den oportunidades a ciudadanos de ése enclave; ahora, por el contrario, preguntaríamos a Bogarín cuántos paraguayos están trabajando en el PTI Brasil, por una cuestión de reciprocidad. Otra inquietud, nuestro país puede estar seguro y tranquilo con sus intereses, cuando que un ciudadano que representa a “otros intereses” está manejando información importante y en víspera de negociaciones del Anexo C del Tratado de Itaipú. El titular del PTI-Py probablemente no sepa que una de las mayores virtudes de Itamaraty es saber contar con agentes fieles, aunque estén en segunda línea de importancia.
Lo que Bogarín no puede sostener es su ineficacia al frente del PTI-Py. En su retahíla de comunicado pretende convencer sobre el “gran trabajo” que está desempeñando, haciéndose acreedor de proyectos de administraciones anteriores, como el ejecutado con la comunidad de Canindeyú, mediante un apoyo a agricultores del asentamiento Crescencio González. Y para confirmar su desconocimiento de este importante emprendimiento, cita el lugar en su comunicado como de la zona del departamento de “San Pedro”.
La “aclaración” oficial también explica sobre un diseño de modelo de gestión para el complejo turístico de Itaipú, en el lado paraguayo, que es una vieja idea manejada por diversas administraciones, y lo que anuncian es una iniciativa que está en sus pañales. Nada concreto ni realizado hasta el momento, como fruto de sus nueve meses de libérrima siesta. Ahí se incluye la Ruta Verde, acciones para apuntalar el uso de energía limpia en el país, el I Hub que figura solo en papeles, no tuvo ningún éxito con la industria, la academia ni el Estado, por citar algunos casos.
COMUNICADO
Para retratar la soberbia de Bogarín, leamos un texto de su comunicado: “Lo que hoy conocemos como fake news o noticias falsas, circulan libremente por las redes sociales y marcan tendencia de opinión en lectores que nada saben de la real situación. Se sostiene, sin embargo, que estas campañas, aunque pueden tener un gran impacto para los medios en términos económicos, acaban con el rechazo hacia el agresor. Las evidencias de una administración transparente y el trabajo tesonero terminarán, sin dudas, poniendo en su lugar las distorsiones maliciosas de la información”.
Él solamente se considera víctima y agredido por “fake news”, que sostiene que acabarán con “el rechazo hacia el agresor”. Para Bogarín, los medios de comunicación solo buscan un impacto en “términos económicos”, sin ningún dejo de somera autocrítica a su penosa gestión.
Tras las publicaciones, se sabe que el director ejecutivo del PTI busca agilizar todo tipo de empuje a los proyectos que duermen en una larga pandemia, movilizando a coordinadores y jefes de la entidad. De esta forma intenta justificarse en un puesto desde donde pudo hacer mucho por la República.
Ya es tiempo que deje de festejar y publicar en sus redes únicamente el día del gato, el rock o la chipa. Como informático, debería saber que más allá del río Paraná existe una alta producción investigativa y tecnológica.