CARLOS ANTONIO LÓPEZ, Itapúa (especial). De manera increíble, el juez de Paz de este distrito, Crispín Zorrilla Duarte, entregó la posesión de un inmueble de 10 hectáreas a una tercera persona sin autorización o consulta al legítimo propietario. La nueva “dueña” no presentó ninguna documentación que ratifique su posesión sobre el predio.
De acuerdo con los datos, se trata de una propiedad de 10 hectáreas, situada en el asentamiento Primavera km14, colonia 7 de Agosto de este distrito. Dicho inmueble, individualizado como manzana I, lote 15, forma parte de una propiedad más extensa, identificada como finca n° 735, padrón n° 4852, de Carlos Antonio López.
Conforme a los documentos, dicha parcela había sido adjudicada a Marcial Brizuela Mendoza por el Indert. Inclusive, el beneficiario fue adjudicado para la construcción de vivienda en el inmueble mencionado, de conformidad a la resolución n° 251/18, del 28 de febrero de 2018. También la entonces Secretaria Nacional en la Vivienda y el Hábitat (SENAVITAT), certificó que Marcial Brizuela Mendoza fue beneficiado en la selección correspondiente al llamado de postulación, con un subsidio de vivienda social.
Sin embargo, de manera arbitraria y antojadiza, el juez de Paz, en el marco de una simple audiencia de disolución y liquidación conyugal, decide ordenar la entrega del inmueble a Victorina Mendoza de Brizuela, quien no presentó ninguna documentación que la avale como propietaria del terreno y tampoco es competencia de un juez de Paz tomarse este tipo de atribuciones.
Pero la bochornosa actuación del juez no termina con la entrega del inmueble ajeno, sino también ordena a la Policía Nacional la propiedad para que la mujer pueda construir una casa la propiedad que, legítimamente, le pertenece a Marcial Brizuela.
Este llamativo proceder del juez de Paz Zorrilla Duarte deja en una incertidumbre total a la población de Carlos Antonio López, debido a que sienta un precedente nefasto, puesto que de ahora en más cualquier persona se puede presentar ante este juez y con la sola manifestación de una de las partes, uno podría adueñarse de cualquier inmueble ajeno situado en su jurisdicción. Fuentes fidedignas indicaron que este juez acostumbra realizar barbaridades jurídicas para beneficiar e inclinar la balanza hacia una de las partes, a cambio de fuertes coimas u otros favores personales.