El economista Sebastián Martínez señaló que las ayudas, que no sean en dinero en efectivo, pueden aplacar el hambre, por algún momento, pero a la larga no es sostenible porque corta la cadena de pago al no haber circulante en los barrios.
Dijo que como país se está trabajando mucho en lo que es contención del hambre, pero si se le da alimento a la población se está eliminando la posibilidad que compre de la despensa y este a su vez no paga su cuentan en la escuela, a su peluquera, a su proveedor y otros servicios, eliminado el circulante.
“Estamos eliminando el circulante. Muchas veces puede parecer que estamos ayudando, pero puede ser nociva a mediano plazo, ni siquiera a largo plazo. Dentro de dos meses se va a acabar el circulante y sobre todo la ayuda que llegó del gobierno, porque estuvo condicionada a grandes cadenas”, advierte el profesional.
Indicó que cuando se recorre las grandes cadenas de supermercados y se observa en el mostrador artículos importados. “O sea lo que sacó el Gobierno y entregó al ciudadano que fue al supermercado voló del país, se fue a parar otro lado; entonces estamos perdiendo circulante, si solamente estamos dando dinero condicionado dentro de una cadena grande y no a la despensa del barrio”, resaltó.
Martínez dijo que esa parte, como economista, asegura que se está rompiendo la cadena de circulante en el Paraguay. Manifestó que la forma para evitar este problema es realizar transferencia directa a cada persona, que se le permita a cada uno disponer como mejor le parezca de ese recurso.
“Se tiene cómo dar recurso a las personas a través de una cuenta en un celular y que lo utilice hasta en la despensa, porque el despensero también tiene celular y puede recibir un giro”, sentenció.