
El intendente de San Alberto, Carlos Alberto Ramírez (ANR-zacariista), no se contentó con politizar la entrega de kits de víveres y ahora quiere hacer lo mismo con las ollas populares que se realizan con ayuda de productores agrícolas, comerciantes y algunos concejales disidentes de la ciudad.
El conocido dirigente social de la zona norte de Alto Paraná, Erondino Candia, denunció este martes ante nuestro medio que varias personas que colaboran con él para elaborar alimentos y luego ser compartidos con vecinos de la ciudad de San Alberto, fueron amenazados por el intendente Ramírez, que sufrirán las consecuencias si siguen apoyándolo.
“Como van a ayudarle a este señor (Candia). Éste es nuestro enemigo”, había mencionado Ramírez a algunas vecinas del barrio Inmodar, que fueron sorprendidas el lunes pasado cuando participaban de una olla popular que organiza el dirigente social.
Como consecuencia de la amenaza del intendente, varias madres de familiares, cuyos esposos e hijos trabajan en la Municipalidad de San Alberto, se vieron obligadas a desistir de sus buenas acciones en participar para la elaboración de los almuerzos.
VÍVERES PARA “CORRELÍ”
Según la denuncia de Candia, el intendente Ramírez junto a concejales serviles de la zona había entregado cestas básicas -compradas con dinero de los contribuyentes- solamente a sus votantes. Mientras centenares de familias humildes que no simpatizan con el jefe comunal Ramírez, no recibieron víveres para afrontar estos días difíciles por el confinamiento decretado por el Gobierno para mitigar la propagación del Covid-19.
Cabe mencionar que Ramírez afronta un proceso penal por varios hechos punibles cometidos durante su cuestionado gobierno municipal. El fiscal de Minga Porá, Carlos Almada, hasta la fecha no lo imputó a pesar las evidencias existentes.
OLLAS POPULARES
Erondino Candia mencionó que a diario realizan ollas populares en cuatro barrios del distrito de San Alberto.
Los productores agrícolas, comerciantes y algunos concejales municipales colaboran para la compra de los alimentos. No reciben ayuda municipal y menos del gobierno departamental. Todas las familias participan, sin distinción de bandería política, según dijo Candia.