Desde mediados de enero, las ventas de pollos, huevos y derivados, de producción nacional, tuvieron un bajón del 40%, en comparación al flujo de comercialización que tuvieron en los últimos meses del 2019. Es el dato revelado por la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar), que pide controles más severos a los aduaneros de Ciudad del Este.
La semana pasada tuvieron una reunión donde Nelson Fleitas, titular del ente recaudador en la cabecera del Puente de la Amistad, asumió el compromiso de mejorar los controles. Asimismo, el Servicio Nacional de Control y Salud Animal (Senacsa) está en el grupo de acción que debe mejorar la fiscalización.
Según los referentes de Avipar, son G. 2 mil millones de evasión al mes, con el ingreso irregular de productos avícolas desde el Brasil, rubros que están prohibidos por la protección a la producción nacional, pero que igualmente inundan el mercado local y de otras zonas de país.
Las cajas de muslos de pollo provenientes del Brasil tienen un costo máximo de G. 100 mil, mientras que los productos nacionales están entre G. 117 mil a 120 mil, por lo que atribuyen como consecuencia del bajón en las ventas.
Pero el transporte de estos productos, dentro del motor del vehículo, en fondos falsos o en motocicletas, hace que se pierda la cadena de frío, que se ponga en riesgo la salud de los consumidores paraguayos y que se atente contra la producción nacional que siempre está lidiando con el ingreso irregular de productos avícolas desde el Brasil.
En más de una ocasión, el gremio de industriales del sector avícola mencionó que ingresan miles de kilos de pollos mensualmente de forma ilegal, evadiendo controles fiscales y cortando la cadena de frío, poniendo en riesgo la salud de los consumidores.
Otro reclamo de los productores nacionales es el ingreso de aves vivas, sin que se conozca su procedencia, sin que pase por ningún control sanitario del Senacsa y sin que tributen en Aduanas. Estos animales son comprados a G. 2 mil cada ejemplar en las granjas ubicadas en las afueras de Foz de Yguazú y ciudades vecinas.
Son vendidas como “gallinas caseras” en los centros de abastecimiento popular a un costo de G. 25 mil a 30 mil, así como los vendedores ambulantes que recorren los barrios de Ciudad del Este y demás distritos del Alto Paraná.