Obispo deja su mensaje por las fiestas patronales y el aniversario de la ciudad
El obispo de Ciudad del Este, Mons. Guillermo Steckling, dejó su mensaje a la feligresía católica de Ciudad del Este y a la ciudadanía toda en ocasión de las festividades de San Blas y un nuevo aniversario de fundación de la capital del Alto Paraná. El prelado resaltó que este año el lema del novenario fue: “Nos ardía el corazón cuando Él, Jesús, nos explicaba las Escrituras”. Sostuvo está en sintonía con el Año de la Palabra de Dios que se ha proclamado en el Paraguay para 2020.
“Aquí se habla de entusiasmo y pasión. La religión tiene que ser como el agua para el mate: estar en el primer hervor. Los primeros seguidores de Jesús sentían arder su corazón cuando el Señor en persona les hacía ver sus propias vidas y experiencias con nuevos ojos, diciendo: ¿no estaba escrito que tenía que suceder así?”
Mons. Guillermo puntualizó que “este año queremos leer nuestras vidas con nuevos ojos y poniendo los anteojos de la Palabra de Dios. Cada día se habló sobre un aspecto de la vida que queremos interpretar, por ejemplo: la Palabra de Dios y la Creación, la Palabra de Dios y la Familia…, la juventud…, la cultura…, el compromiso con los pobres, etc.”.
Agregó que en el día de San Blas, desde siempre, la Diócesis y la ciudad celebran juntas nuestra fiesta, ya que fue un 3 de febrero que nació este municipio que cumple ahora 63 años. “Una ciudad es como un organismo: tiene su estructura ósea, cuenta con músculos fuertes y con cerebros pensantes. Sin embargo, para vivir y para ser ciudad verdaderamente humana necesita no olvidar su alma. La Iglesia y todas las comunidades de fe quieren cuidar el alma de nuestra ciudad. Ella es algo misterioso que proviene de Dios y se manifiesta en nuestras actitudes, especialmente en la manera cómo tratamos a los más necesitados”.
El pastor de esta Iglesia particular refirió además que estos días de fiesta sean un hermoso tiempo de convivencia, de fraternidad con todos, de fiesta común, de música y cultura, y de una conexión más profunda con nuestro Dios, aquel que se hizo carne en la Virgen María e inspiró a nuestro mártir y obispo San Blas, testigo de una fe invencible en Dios y solidaria con los hombres”.
Comentarios recientes