
La inconsciencia de la gente, suma cada día focos de incendio en el país que contamina el ambiente y produce severos daños a la salud.
El Ministerio de Salud Pública, a través de la Dirección de Vigilancia de la Salud (DGVS), lanzó un alerta nacional ante los fenómenos naturales recurrentes que son los incendios y destaca que las zonas con mayor riesgo, para los incendios forestales, son los departamentos de Amambay, Concepción, Alto Paraguay, San Pedro, Presidente Hayes y Canindeyú, donde se registran más de 100 focos en cada departamento.
En menor medida, también hay focos en zonas como Boquerón, Caaguazú, Caazapá, Alto Paraná, Itapúa y Guairá, acompañado de quemas indiscriminadas de pastizales que ocurren simultáneamente en varios departamentos del país, que determinan riesgos para la salud de las personas.
Los riesgos para la salud humana pueden darse a corto, mediano y largo plazos y desde la DGVS insistieron en tener en cuenta las posibles repercusiones sanitarias agudas, como el aumento de consultas de urgencias y ambulatorias, quemaduras, aumento de enfermedades respiratorias infantiles, que se asocia a la mortalidad considerable de menores de 1 año, alteraciones de la función pulmonar, aumento de asma y otras enfermedades respiratorias y posible aumento de la mortalidad cardiovascular.
El documento dado a conocer por Salud Pública, menciona la negligencia humana como un factor frecuente para los incendios que se producen en el país, pues son iniciados por el hombre o por fenómenos naturales y se asocian a actividades de tala y quema, que en condiciones de sequía pueden quedar fuera de control.
Es así que también señalaron que con los casos de incendio que azotan al país, la exposición permanente al humo aumenta la mortalidad diaria, con repercusiones sanitarias crónicas como el aumento del riesgo cancerígeno, de la incidencia del asma y otras enfermedades respiratorias, la aparición de casos de neumopatía crónica y disminución de la esperanza de vida.
TAREAS DE VIGILANCIA
Las Unidades Epidemiológicas Regionales (UER), deben analizar, sobre una base diaria, la situación de salud de las personas en sus territorios, y reportar los hallazgos a nivel central, intensificar la vigilancia ante riesgo de presencia de zoonosis por cambios ecológicos y coordinar acciones para prevención, con referentes del Centro Antirrábico Nacional y Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (SENACSA) por el riesgo de rabia bovina, ante cambios en hábitat de murciélagos.
Así también recomiendan, asegurar la vacunación de la población de riesgo, como son los guardabosques, contra la Fiebre Amarilla, difundir la alerta epidemiológica con énfasis en los prestadores de servicios de salud y de la comunidad, accionar las actividades de promoción con énfasis en comunicación de riesgo a residentes habituales y transitorios aprovechando los medios de comunicación de cada comunidad.