Los directivos de la Universidad Nacional del Este (UNE) declararon paro total e indefinido de las actividades académicas y administrativas la semana pasada en reclamo por la categorización salarial de docentes y por el recorte presupuestario de G. 4.000 millones que sufriría la institución en el 2020. Todo apunta a que el corte se dará por la mala gestión del rector Gerónimo Laviosa y sus adeptos. Los grupos beneficiarios de derroches en la institución, desesperados, recurrieron al paro y a movilizaciones de estudiantes.

Muchos son planilleros, que encabezan las protestas durante el paro de la Universidad Nacional del Este.
Desde hace años, la Universidad Nacional del Este está secuestrada en manos de un grupo de personas que se autoasignan millonarios rubros, especialmente entre directivos y parientes. Como consecuencia, muchos docentes capaces son aislados o mal pagados por los trabajos que realizan.
Esto ya había sido denunciado hace algunos años ante el Ministerio Público, develado por la Contraloría General de la República con un informe pormenorizado referente al mal uso del dinero público. Muchos directivos y docentes fueron imputados por los hechos de corrupción, pero fueron aparentemente blanqueados a cambio de supuestas coimas a los administradores de la justicia.
Como consecuencia del despilfarro de recursos, el Ministerio de Hacienda realizó los ajustes y recortó el presupuesto del 2020. Los mismos privilegiados salen hoy a instar a los estudiantes a manifestarse, con la excusa de que el recorte es a la “educación”, pero muchos de los alumnos señalan que se trata de una manipulación mediática para seguir recibiendo dinero para malversar.
PLANILLEROS
Los estudiantes que se suman al paro olvidan a los planilleros de la UNE, como Edgar Franco, de la Facultad de Filosofía, exsecretario de educación de la Gobernación del Alto Paraná y planillero en el MEC, quien, con regalías, hizo una maestría en EE.UU.; así como su madre, Ana Ríos de Franco, ex coordinadora departamental del MEC, encubridora de docentes raboneros. Estos y otros docentes muy cuestionados, hoy encabezan las movilizaciones para seguir “facturando” a costas del erario público.