Una importante cantidad de manifestantes se sumó al llamado de las organizaciones sociales, campesinas y de partidos de oposición para exigir el juicio político al presidente Mario Abdo Benítez y al vicepresidente Hugo Velázquez. Sin embargo, la jornada se vio empañada con actuaciones violentas de parte de los participantes y la reacción de la Policía Nacional para dispersarlos. Tras las escaramuzas, hubo algunos heridos y demorados. Los asistentes a la protesta sostienen que la medida de fuerza seguirá hasta que se logre el objetivo.
Las personas se concentraron en la ex rotonda Monalisa del microcentro y de ahí marcharon hasta la zona de la Aduana, cerrando el paso para el ingreso y salida del país por más de una hora. Varios oradores mencionaron las irregularidades cometidas por el mandatario y sus colaboradores y exigieron que sean destituidos mediante el juicio político. Indicaron que la movilización fue en defensa de la soberanía energética del país, porque el Gobierno intentó entregarlo en un acuerdo secreto. Pidieron a los parlamentarios que actúen a favor del pueblo para que haya votos para lograr la salida del jefe de Estado y el vicepresidente.
El acto se desarrollaba con normalidad, con el acompañamiento de una fuerte dotación policial que integraban agentes de orden y seguridad, fuerzas especiales, montada y otras agrupaciones del Alto Paraná, pero luego se registraron varios incidentes.
Para Bartola Fernández, dirigente social y edil de Presidente Franco, señaló que las movilizaciones continuarán, dependiendo de lo que decidan en la asamblea y las directivas que tienen a nivel nacional. Sin embargo, lamentó que dirigentes de algunos partidos de oposición no hayan siquiera colaborado agua para las personas que estuvieron en la medida de fuerza.
Para Richard Rolón, otro de los organizadores, la protesta fue exitosa, con muy buena participación de la ciudadanía y el respaldo de otros sectores sociales que se manifestaron con llamadas, comentarios en las redes sociales y otras acciones, desde lugares más alejados y otros puntos del planeta.
ACTOS DE VIOLENCIA
Sin embargo, los manifestantes vieron que un convoy de camiones salía de la Aduana con custodio de militares, además que en uno de los rodados de gran porte había una enorme bandera brasilera. Inmediatamente, se pusieron en frente, formando una especie de cordón humano, exigiendo que la carga vuelva a la sede aduanera.
El comisario Demesio Ovelar, director de seguridad ciudadana, explicó que la carga era peligrosa (explosivos) y que su destino era la Dimabel, por ello contaba con el custodio de militares de esa unidad. Los manifestantes no quisieron entrar en razones y mencionaron que podría todo tipo de reacciones ante dicho cargamento, supuestamente, escoltados por hombres del Gobierno, para atentar contra los que reclamaban el juicio político.
Las conversaciones no bastaron y tras un tiempo prudencial, la Policía actuó para despejar el camino para que la carga pueda salir de la zona primaria. Los antimotines avanzaron y a la par el convoy, pero los manifestantes agarraron piedras de todos los tamaños y comenzaron a atacar a los uniformados y los vehículos.
Los parabrisas de los rodados de gran porte fueron reventados con los objetos y los uniformados respondieron con balines de goma. Los manifestantes se escabulleron por los paseos centrales, avenidas y pasillos del microcentro, pero de tanto en tanto volvían a arremeter contra los uniformados.
En un momento daldo, del sector del paseo central entre la ruta internacional y la avenida Monseñor Rodríguez, se arrojó un gas lacrimógeno hacia donde estaba el contingente de antimotines y esto hizo que nuevamente los policías reaccionaran con balines de goma.
HERIDOS Y DEMORADOS
La Policía Montada también fue accionada y en su arremetida llevó por delante equipos de los trabajadores de prensa y hasta a algunos periodistas que resultaron con heridas leves, debido A a que fueron arrojados al asfalto, al momento de la reacción.
Igualmente, algunos manifestantes fueron demorados, pero luego liberados en el microcentro, ante la reacción de sus compañeros que exigieron a los uniformados que sean soltados nuevamente.
El oficial inspector Pablo Soto fue uno de los que llevó la peor parte, pues estaba cerca del móvil de la DIMABEL y en medio de la arremetida, fue blanco de cascotazos y piedras que le valieron varias lesiones en el brazo y el abdomen, por lo que fue llevado a un centro asistencial.
Los organizadores indicaron que hubo grupo de infiltrados, seguidores del concejal Celso “Kelembu” Miranda, que generaron disturbios y enfrentamientos en la carpa de la resistencia, pero todos fueron identificados y sacados del sitio.
COMERCIANTES, OBLIGADOS A CERRAR
Desde la madrugada y tal como hacían correr un audio atribuido a Arturo Páez, a través de las redes sociales, el grupo de manifestantes recorrió galerías, salones, casillas y shopping para exigir que las tiendas sean cerradas y que las personas se sumen a la medida de fuerza para la salida del presidente y el Vice.
Vicente Miranda, uno de los comerciantes, dijo que son personas pagadas y que fueron a amedrentar a los turistas que iban llegando, además de forzar al cierre de los locales comerciales, portando objetos contundentes.
Los casilleros de la avenida Monseñor Rodríguez también reclamaron que sus locales fueron cerrados por medida de presión de los manifestantes, quienes les exigían que se sumen a la medida de fuerza. Un taxista, que no quiso identificarse, indicó que tiene sus críticas contra el Gobierno y que el acuerdo de Itaipú fue algo lamentable, pero que no se puede obligar a nadie a sumarse a la movilización si es que quiere trabajar.
IMPACTO NEGATIVO
En el microcentro, las cosas no están bien y muchos de los que están en la vía pública dependen de las ventas diarias para llevar el sustento a sus casas. Un 95% de los locales de la zona comercial estuvieron cerradas, entre ellos los trabajadores del volante, cambistas, ambulantes y mesiteros.
El impacto negativo para el comercio está dado, pero también cabe señalar que muchos empleados de las tiendas de la ciudad pedían a los manifestantes a exigir a sus patrones para que los locales sean cerrados, pero solo unos cuantos estuvieron acompañando la medida de fuerza, con sus uniformes de trabajo.
Los recorridos que hicieron en cada cuadra, amedrentando a los comerciantes y funcionarios fue captado por las cámaras de varios medios de comunicación y aunque algunos se adelantaron y no abrieron sus tiendas, otros fueron forzados a hacerlo por temor a ser víctimas de hechos de violencia o represalias.
En ese sentido, el abogado Richard Rolón dijo que contaron con el respaldo de funcionarios y comerciantes y que consideran un éxito la adhesión de este sector porque estaban en la incertidumbre. Negó que haya existido la fuerza o la presión para que los comercios dejen de atender al público.
OTROS PUNTOS DE MOVILIZACIÓN
En el Alto Paraná, también hubo movilización en Itakyry, Minga Guazú y Juan León Mallorquín, donde los manifestantes cerraron la ruta de manera intermitente y la supercarretera hasta la tarde.
Los de la zona Oeste, ya habían realizado movilizaciones similares cuando se trató en el Parlamento Nacional el proyecto de Ley de “Ñane Energía” y siguieron muy de cerca el caso de Itaipú y el acta secreta por lo que tienen conocimiento acabado de lo ocurrido, explicó Rolón.
En cuanto a los manifestantes de Itakyry, que contactaron con la concejal Bartola Fernández, están con intenciones de sumarse al grupo que marcha en Ciudad del Este y dependerá de lo que dedican en la asamblea nacional para seguir con las medidas de fuerza a nivel país.
