Una lamentable situación fue denunciada la semana pasada por el ciudadano Hernán Romero, quien consumió junto con su hijo unas galletitas agusanadas que le fueron vendidas en el supermercado Súper Seis, en Presidente Franco. Su pequeño hijo hasta fue hospitalizado tras consumir el producto en estado de descomposición. Romero hizo la denuncia ante Defensa del Consumidor de la comuna, cuyos representantes habrían “negociado” antes de intervenir el local de modo a no aplicar altas multas a la empresa.
El hecho ocurrió el domingo 21 de julio, cuando el abogado Hernán Romero acudió al local comercial, donde realizó varias compras, entre ellas unas galletitas agusanadas. Al no percatarse, consumió el producto e invitó a su hijo, al día siguiente tuvo que deambular por los pasillos de un hospital por la afección que le produjo al niño.
Afortunadamente, no pasó a mayores, pero podría haber tenido otro desenlace. Posteriormente, el letrado presentó la denuncia ante la dirección de Defensa del Consumidor en la comuna franqueña.
El martes 23, los directores de Salubridad y Defensa al Consumidor intervinieron el supermercado, pero no hallaron irregularidad alguna. En el momento en que se intervino el centro comercial, la confitería estaba en perfecto estado, aparentemente se prepararon para la visita de los interventores, ya que estos supuestamente “avisaron” sobre el procedimiento.
Es más, José Ozuna, de Salubridad, había referido que los gerentes culparon del hecho a un “repositor”, alegando que no se descartaba una buena sanción a los dueños. Sin embargo, el afectado refirió que hasta ahora no fue llamado a ninguna audiencia. “Luego de varios días llamé y consulté respecto a mi denuncia y me dijeron que no encontraron nada raro en la fiscalización que hicieron. Les pregunté si me van a llamar a alguna audiencia para ratificarme de la denuncia, pero no me respondieron”, señaló el denunciante.
NEGOCIADO
Se cree que los responsables de la intervención negociaron con los representantes del supermercado a cambio de alguna “coima” para evitar pagar multas y ser desprestigiados ante los clientes, pese a que no es la primera vez que comercializan productos en estado de descomposición.
