Así como estaba previsto, se inició la “cacería” de planilleros en la muni del Este. Evidentemente, los “perseguidos” no se irán por las buenas, incidentarán hasta lo último y tratarán de judicializar el tema. Esperemos que no suceda lo mismo que ocurrió en los tiempos del clan ZI, cuando los defenestrados funcionarios iniciaron sendos procesos en la justicia y hoy la comuna les adeuda sumas multimillonarias en concepto de indemnizaciones. Y bueeeno, total el pueblo paga.
Lejos de admitir sus errores, la –nuevamente– concejal Perla de Cabral intentó justificar la contratación de unos 1.300 funcionarios, sin funciones establecidas ni presupuesto asignado. Dijo que los nuevos son todos “docentes”, ndaje, y que Miguelito y Yolanda no entienden nada sobre administración municipal. ¿A quién pio le quiere convencer con esa bolaterapia esta señora?
Hablando de Ña Perla, resaltó en un informe de la Contraloría que la exintendente interina es una de las que no rindieron cuentas sobre el uso del Fonacide. O sea, además de llevar a la comuna a la quiebra técnica, tampoco rindió cuentas sobre estos ingresos. Y después seguro se va querer candidatar de nuevo en el 2020 para intendente o concejal. Pero hay que ser caradura, che.
En Franco un grupo de moradores declaró estar harto de los polibandis de la comisaría 6ª, que solo están para realizar procedimientos extorsivos, detenciones ilegales y hasta intentos de homicidio a los que se niegan a acceder a los “aprietes”. Los responsables de estos atropellos serían un tal Ibarra y un tal Garcete, jefe y subjefe, respectivamente. Veremos si alguien toma cartas en este asunto o todo termina en oparei.
